PUERTO ALEGRE, domingo, 23 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Falleció este domingo en la ciudad de Puerto Alegre (Río Grande del Sur, Brasil), a los 83 años, el arzobispo emérito de Aparecida, el cardenal Aloísio Lorscheider, OFM.
El purpurado, que fue presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), estaba internado en el Hospital San Francisco desde el 10 de diciembre pasado, tras un ataque de corazón, según ha explicado la misma Conferencia.
Nacido en Estrela (Río Grande del Sur), el 8 de octubre de 1924, en 1934 entró en el seminario de los padres franciscanos en Taquari. En 1942 hizo al noviciado y siguió el primer año de Filosofía en el Convento de San Buenaventura en Garibaldi, en el sur del país.
En 1944 fue enviado al Convento San Antonio en Divinópolis (Estado de Minas Gerais), donde terminó filosofía y estudio teología. En ese período adoptó el nombre religioso de Fray Aloísio (su nombre de pila era Leo Arlindo).
El 22 de agosto de 1948 fue ordenado sacerdote en Divinópolis y ese mismo año fue enviado a Roma, donde se especializó en teología dogmática en el Ateneo Pontificio «Antonianum», defendiendo su tesis doctoral en 1952 con la nota máxima.
A continuación fue profesor en centros de estudio franciscanos de Brasil, desempeñando también importantes cargos como superior en la congregación.
El 3 de febrero de 1962 Juan XXIII le nombró obispo de la joven diócesis de Santo Ângelo, en el sur de Brasil. Adoptó como lema episcopal: «En la Cruz, la Salvación y la Vida».
En noviembre de 1963 fue elegido por la Asamblea del Concilio Vaticano II como miembro de las Comisiones Conciliares, en particular, para la Secretaría para la Unión de los Cristianos.
Fue secretario general de la CNBB y por dos mandatos su presidente. En dos ocasiones fue vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y en 1976 asumió la presidencia. Ha sido, además, vicepresidente y presidente de Caritas Internationalis.
El 4 de abril de 1973 Pablo VI le nombró arzobispo de Fortaleza, en Brasil, y el 24 de abril de 1976 el mismo Papa le creó cardenal.
En julio de 1995 ha sido nombrado arzobispo de Aparecida y en 1997 recibió el palio cardenalicio de manos de Juan Pablo II, después de que participara en el Sínodo de los Obispos de América.
El mismo Juan Pablo II aceptó su renuncia el 28 de enero de 2004 por razones de edad, siendo sustituido por monseñor Raymundo Damasceno Assis.
Desde entonces, el cardenal Lorscheider regresó a Puerto Alegre, al convento de franciscanos.
En una nota de dolor enviada a Zenit, su sucesor, actual presidente del CELAM, exhorta a «todos los que han conocido al cardenal Aloísio y que se han beneficiado de su ministerio que pidan a Dios, por intercesión de la Virgen María, de la que era muy devoto, de san José y de san Francisco, que le atrajo a la vida franciscana, que reciba en su gloria al querido hermano, pues le amó y sirvió fielmente durante toda la vida».
Con el fallecimiento del cardenal Lorscheider, el Colegio cardenalicio queda compuesto ahora de 199 purpurados de los cuales 120 son electores y 79 no electores.
Por José Caetano
