CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 3 abril 2008 (ZENIT.org).- Juan Pablo II «no nos ha dejado nunca solos», aseguró en la noche de este miércoles, tercer aniversario de su fallecimiento, el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia.
El purpurado, que durante casi cuarenta años fue secretario de Karol Wojtyla, primero como arzobispo de esa ciudad polaca y luego como Papa, dirigió una meditación a jóvenes al final de una vigilia de oración en las grutas vaticanas.
Los chicos y chicas, ante la tumba del anterior pontífice, guardaron silencio a las 21,37, hora de su fallecimiento el 2 de abril de 2005.Gracias a la conexión por satélite miles de jóvenes polacos siguieron ese momento desde Cracovia.
El cardenal se dirigió a los jóvenes con uno de los términos inventados por el Papa Wojtyla: «Sois los centinelas de la mañana, juventud que anuncia el día, una estación llena de sol. Sois la generación de Juan Pablo II que tiene la tarea de la nueva evangelización».
Luego, con profunda emoción, el purpurado entabló un diálogo de tú a tú con su padre espiritual, Juan Pablo II: «Tu servicio a la Iglesia continúa, aunque de otro modo. Pensamos en tu enseñanza, en el ejemplo de tu vida, que sigue hablando a nuestras conciencias».
«Deseamos proclamar el carácter sagrado de la vida y la santidad de la familia en el matrimonio –dijo recogiendo la herencia de sus mensajes–. En nombre de Jesús, estamos de la parte de los pobres, de los humildes, de los que no tienen nada, de los perseguidos a causa de su justicia o de la religión».
«Desde la ventana de la casa del Padre se ve mejor –concluyó citando una famosa frase pronunciada por el cardenal Joseph Ratzinger en su funeral–. Por tanto, te pedimos que veles por los jóvenes de hoy, por sus aspiraciones, esperanzas, preocupaciones. Juan Pablo II, Santo Padre, gracias por todo».
En el encuentro de oración participaron, además, el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario del Papa para la diócesis de Roma, y el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro del Vaticano.