CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 8 mayo 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró que los católicos tienen la misión de presentar la luz del Evangelio, y su propuesta de servicio al bien común y a la justicia, como contribución para buscar la paz en Oriente Medio.
Fue la consigna que dejó a 300 peregrinos de la Iglesia Greco-Melquita, acompañados por su patriarca, Su Beatitud Gregorios III Laham, y por 14 obispos. En su mayoría viven en Oriente Medio, aunque algunos han emprendido el camino de la diáspora.
En su saludo, el Papa reconoció que «al cumplir su misión en el contexto agitado y a veces dramático de Oriente Medio, la Iglesia tiene que afrontar situaciones en las que la política tiene un papel que no es indiferente para su vida».
«Por tanto, es importante que mantenga contactos con las autoridades políticas, con las instituciones y los partidos. Ahora bien, no le corresponde al clero comprometerse en política. Es una cuestión de los laicos», aclaró.
Según el obispo de Roma, «la Iglesia debe proponer a todos la luz del Evangelio para que todos se comprometan a servir al bien común y para que la justicia siempre prevalezca, de manera que pueda abrirse finalmente el camino de la paz para los pueblos de esa querida región».
En su saludo al Papa, Gregorios III Laham recordó el drama de muchos de sus fieles que han debido dejar Oriente Medio para emprender el camino de la diáspora en Europa y sobre todo en Canadá, en los Estados Unidos, y en varios países de América Latina y Australia.
«Esta gran diáspora, que sigue creciendo, es el resultado de la emigración, que diezma nuestra presencia en nuestros países de origen y sigue agravándose, por varias razones, entre las cuales la principal es el conflicto entre israelíes y palestinos», aclaró.