ROMA, viernes, 9 mayo 2008 (ZENIT.org).- La misericordia y la oración han sido las dos claves propuestas a quienes sufren de un matrimonio roto en un encuentro celebrado con este motivo.
El pasado 4 de mayo tuvo lugar en el monasterio de las Clarisas de San Severino Marche, Italia, un retiro espiritual encaminado a reencontrar el diálogo y la unidad en la Iglesia para las parejas separadas, divorciadas y vueltas a casar.
El retiro forma parte de un camino organizado por el grupo Kairos, impulsado por el obispo de San Benedetto del Tronto, monseñor Gervasio Gestori.
El grupo Kairos, que inició sus actividades en 1997, está coordinado por los cónyuges Giancarla Perotti y Antonio Barra y está especialmente dedicado a parejas que viven una situación matrimonial difícil, entre diferencias, separaciones, divorcios y nuevas uniones.
La jornada de retiro, programada al final del año pastoral, ha incluído momentos de oración y reflexión con las monjas del Monasterio, alternados con momentos de formación, diálogo y discusión.
En el curso de la jornada se leyó y comentó la carta escrita por el cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Milán, dirigida a las parejas en crisis, titulada «El Señor está cerca de quien tiene el corazón herido». El encuentro es el último de una serie con frecuencia mensual que comenzó al inicio del año en el Convento de San Giacomo della Marca en Monteprandone.
Entrevistada por Zenit, Giancarla Perotti explicó que «para las parejas en crisis, la terapia es el diálogo, el contraste y la oración».
Respecto al camino emprendido, las diferentes parejas que participaron en el retiro explicaron que para ellas una cosa ha cambiado: «Mientras que antes se sentían en los márgenes de la Iglesia, hoy se sienten insertos totalmente y están orgullosos aunque acompañados por la cruz de no poder acceder a la eucaristía y a la confesión para algunos de ellos, pero sienten a la Iglesia cercana y la ven empeñada en acogerles y mitigar sus heridas».
Ante las parejas que no pueden acceder a la Eucaristía, Perotti explicó que deben participar en la celebración eucarística dominical, en las tantas celebraciones particulares del año litúrgico, en la oración ante la Eucaristía, en los grupos parroquiales (caritativos, de oración y otros) y dar de todos modos «un gran testimonio de fidelidad y obediencia a la Iglesia, condición esta que lleva a la salvación».
Según la animadora del grupo Kairos es importante tener en mente las palabras que Juan Pablo II dirigió a las familias con motivo del Gran Jubileo de 2000: «Frente a tantas familias deshechas, la Iglesia se siente llamada no a expresar un juicio severo y distante, sino más bien a meter en los pliegues de tantos dramas la luz de la Palabra de Dios, compañada por el testimonio de su misericordia».
«Es lo que hemos tratado de hacer y queremos seguir haciendo», concluyó Giancarla Perotti.
[Monseñor Gervasio Gestori y el grupo Kairos están siempre disponibles tanto para coloquios como para acompañamiento. Para más información: gperottib@libero.it]
Por Antonio Gaspari, traducido del italiano por Nieves San Martín