Buscando la verdad en el asesinato del cardenal Posadas

Análisis del padre Antonio Gutiérrez Montaño

Share this Entry

GUADALAJARA, jueves, 22 mayo 2008 (ZENIT.org-El Observador).- Este sábado 24 de mayo se habrán de cumplir 15 años de que fuera asesinado, presuntamente por una banda de narcotraficantes, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara (México).

Por ese motivo se han reabierto las discusiones y han aparecido en el mercado editorial nuevas investigaciones sobre el magnicidio con dos tendencias: la primera, aceptar la tesis gubernamental de que el cardenal Posadas Ocampo fue la víctima accidental del fuego cruzado y de la confusión, al enfrentarse bandas de narcotraficantes en el estacionamiento del aeropuerto internacional de Guadalajara; y la tesis contraria, es decir, que se trató, realmente, de un crimen en el cual estuvieron directamente implicadas las autoridades públicas del país.

El llamado «caso Posadas» no ha sido resuelto en estos tres lustros. Acaban de salir a la luz pública dos libros, uno de los descendientes de monseñor Reunosos, quien fuera obispo de Cuernavaca y que siempre se inclinó por la hipótesis que barajaba el gobierno en turno, cuya cabeza era Carlos Salinas de Gortari. Otro, de los abogados del actual cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval íñigüez, quienes bajo el título La Verdad os hará Libres, presentan los cabos sueltos de las investigaciones sobre este crimen que conmovió a la Iglesia católica mexicana y cimbró al país entero.

El padre Antonio Gutiérrez Montaño ha escrito la siguiente reseña del libro de Ortega y Pérez Peláez en la edición número 589 de El Semanario, órgano oficial de la arquidiócesis de Guadalajara, que se prepara para conmemorar el décimo quinto aniversario del asesinato de su antiguo pastor. A continuación –y por el interés que reviste– publicamos el reportaje en su totalidad.

* * *

La Verdad os hará Libres

Un escrito revelador

Con fecha del 25 de mayo de 2001, el Padre José Uribe Nieto, quien forma parte del clero de la diócesis de Cuernavaca, Mor., envió un escrito a mano y en latín, al Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, en el que le señalaba: «En el mes de junio del 99, el señor Obispo Luis Reynoso (+), me dijo, delante de testigos, que el asesinato del señor Juan Jesús fue directo e intencional, que de ninguna manera fue por confusión o por las circunstancias sino (perpetrado) por sicarios foráneos para esto. Más aún, que él conocía (el Obispo Cervantes) el nombre del mandante, pero que no podía hablar ni decírselo a Usted».

Recordemos que Mons. Reynoso era, en ese entonces, Obispo de Cuernavaca, y uno de los principales defensores, por lo menos públicamente, de la tesis de la confusión o el fuego cruzado. Pero con esta declaración hecha a un grupo de sacerdotes de su diócesis, entre los que se encontraba el Sr. Cura Uribe Nieto, evidencia la verdad de las cosas.

¿ Por qué nunca declaró el prelado esta situación? Nunca lo hizo ministerialmente, pero sí dijo, después, la razón de su grave omisión. En la declaración, ante el Ministerio Público de la Federación, el 20 de diciembre de 2001, el Padre José Uribe, completó lo manifestado por su Obispo, Reynoso Cervantes, al señalar que no podía hablar «hasta que pase el año de las elecciones y haya un cambio de gobierno. Además, el Sr. Sandoval haría todo público, y entonces va a reaccionar Carpizo…».

Tanto el escrito a mano como la declaración completa del clérigo Uribe Nieto, están incluidas en los tomos que conforman el expediente de la investigación, pero no han sido tomados en cuenta.

Esta situación contradice la versión del libro, de reciente aparición, «El caso Posadas. Verdad, derecho y religión», escrito por un sobrino de Mons. Reynoso Cervantes (que se llevó a la tumba su declaración), cuya intención es limpiar la imagen de su tío. Hay que señalar que la muerte del Obispo se dio en dudosas circunstancias.

Las luces y las sombras de Fox

En el año 2001 empezaron a llegar a la PGR nuevos elementos para continuar la investigación del homicidio del Sr. Posadas Ocampo. Por la insistencia de la parte agraviada, se sacó de la reserva la averiguación previa relativa a este crimen, y se desahogaron algunas pruebas, entre otras, tomarle la declaración al señor José Luis Thirión Muñoz, quien en diversas declaraciones manifestó haber sido el responsable de darle seguimiento a intervenciones telefónicas, tanto del Arzobispo de Guadalajara como de otros sacerdotes.

Otro avance se constató por la declaración de Humberto Rodríguez Bañuelos, alias «La Rana», que estando presente en el lugar y en el día de los hechos, reconoció a diferentes personas encabezando el operativo, tales como el Director de la Policía Judicial Federal, Rodolfo León Aragón, que también fue señalado por otros testigos.

En esta misma época, se dieron a conocer las bitácoras de vuelos que partieron de la Ciudad de México a Guadalajara, con la misión de investigar, horas antes, por supuesto, un crimen que todavía no se cometía.

En punto volvió a ser cubierto con una gran sombra por parte del entonces Procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha, quien ordenó deshacer jurídicamente lo avanzado. Posteriormente, las bitácoras de vuelo fueron ajustadas para colocarlas seis horas más tarde.

El fracaso de la investigación y Carlos Salinas

El fracaso de la investigación ministerial del Procurador Jorge Carpizo, con las consignaciones de los supuestos homicidas del entonces Arzobispo de Guadalajara, señala el libro «¿Y el homicidio del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo?», está a la vista en el Oficio 34/2008, sobre la Causa Penal 20/01-D, que se lleva en el Juzgado Cuarto Penal del Primer Partido Judicial del Estado de Jalisco.

No hay, a la fecha, ninguna sentencia formal que condene a una persona por el homicidio. Existen 11 procesados, pero la Primera Sala del Supremo Tribunal del Estado de Jalisco, con fecha 12 de diciembre de 2005, ordenó retrotraer el procedimiento al período de instrucción (¡¡!!), por el sinnúmero de irregularidades y omisiones que encontraron los magistrados en la sentencia condenatoria del 6 de mayo de 2004. Esto quiere decir que, si se retrotrae el procedimiento, apenas al período de instrucción, se tendrán que seguir desahogando pruebas en dicho Juzgado.

Una orden de aprehensión girada en contra de Javier Arellano Félix, se dejó sin efecto, por orden del Juzgado Cuarto. Por lo que se concluye que la investigación no tiene soporte legal, sino que el único soporte es el mediático que ha venido imponiendo durante 15 años Jorge Carpizo, a pesar de que hace 14 años dejó de ser Procurador General de la República y dejó de tener la investigación en sus manos.

Cómodo citatorio para Salinas

Con fecha 7 de agosto de 1998, los abogados del caso, Gabriel Zermeño y José Antonio Ortega, del Grupo Interinstitucional, ofrecieron ante el Procurador General de la República el testimonio de Carlos Salinas de Gortari, que admitió la prueba y ordenó su desahogo.

El agente del Ministerio Público de la Federación le tomó la declaración al expresidente de México, el 2 de agosto de 2006 (8 años después de la solicitud), haciéndole una entrevista ‘a modo’, y sin notificar a los abogados demandantes, para que no estuvieran presentes. En la diligencia, dejaron que el mandatario autodesterrado y autorepatriado, leyera trozos de su libro «México, un paso difícil a la democracia». Era evidente que sólo querían cubrir el requisito de la entrevista.

Le preguntaron «cosas tan importantes» como los puestos que había tenido en la función pública, pero dejaron de lado lo sustancial, que a continuación enumeramos.

Lista de omisiones

A Salinas de Gortari no lo cuestionaron:

– Sobre la Reforma Constitucional de 1992.

– Sobre la reunión que le sugirió
al Nuncio Apostólico Girolamo Prigione para que buscara un encuentro con los mandos masónicos, para limar asperezas entre instituciones.

– Sobre el tema del narcotráfico, su penetración en el país y las ligas con algunos servidores públicos de su sexenio y con su hermano Raúl Salinas de Gortari.

– Si tuvo información de que Posadas Ocampo hubiera sido vigilado y se hayan interceptado sus teléfonos.

– Sobre la orden dada al General Jesús Gutiérrez Rebollo, en ese entonces Jefe de la V Región Militar, con sede en Guadalajara, para que interviniera en el operativo del 24 de mayo, como lo refirió el mismo militar en su declaración ministerial y lo ratificó, por la misma vía, el Capitán Horacio Montenegro.

– Si tenía una aeronave, matrícula XC-PGR, que voló de la Ciudad de México a Guadalajara, el día de la balacera en el aeropuerto, y estuvo ahí 60 minutos antes del homicidio, como lo refieren las bitácoras originales del avión. Esa misma nave, con el Coronel Jorge Carrillo Olea, había volado en la mañana con la siguiente ruta: Ciudad de México-Morelia-Ciudad de México-Guadalajara.

– Sobre todo lo relativo al día en que le fueron a informar que uno de los Arellano Félix se encontraba en la Nunciatura Apostólica, en la Ciudad de México, y quería platicar con él, el Presidente de la República, y éste se negó, según su dicho, por indicación del Procurador Carpizo.

– Del operativo que ordenó o no, para que, en diciembre de 1993, hubiera sido detenido uno de los narcotraficantes más sanguinarios, más perseguidos en su sexenio.

– Sobre el mensaje que le envió al señor Benjamín Arellano Félix, para que se entregara por sí mismo, como lo refirió el mismo Arellano en su declaración ministerial.

Como éstas, había más de 83 preguntas que formularle al testigo Carlos Salinas de Gortari, pero no se dieron, ante lo cual, la representación legal pidió ampliar la declaración ministerial, solicitando estar presentes y anexando un interrogatorio, para que, previa calificación de legal, se lo formulara el Ministerio Público al testigo.

Sin embargo, ¡un año y medio después!, el 24 de marzo de 2008, el agente del Ministerio Público, en una resolución de 168 hojas, decidió no ampliar la declaración, siendo esto un paso previo para el carpetazo ministerial. Se presentó un amparo el pasado 16 de abril, pero el día 20 del mismo mes, el Juez Noveno de Distrito rechazó la demanda.

La Coadyuvancia ha presentado este mes de mayo de 2008, el recurso de revisión en los términos de ley contra el desecamiento de la demanda de amparo, encontrándose pendiente la resolución.

Es claro, entonces, que las gestiones que ha estado haciendo Carlos Salinas para cerrar la Averiguación Previa, están teniendo efecto.

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }