DETROIT, martes, 27 mayo 2008 (ZENIT.org).- Mirando y leyendo las reseñas de varios medios antes de que el Santo Padre llegara para su histórica visita el mes pasado a Washington y Nueva York, uno podría haber tenido fácilmente la impresión de que no iba a suceder nada sino más prejuicios y escasa representación de los mismos medios.
Uno esperaba que los medios giraran en torno a las usuales sospechas, a los autores no ortodoxos, los llamados estudiosos y comentaristas que son católicos solamente de nombre y no pueden aceptar la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto, la contracepción y el sacerdocio masculino, y los cuestionan o los citan en la prensa de manera que pueden una vez más atacar a la Iglesia por no seguir los caprichos de la cultura estadounidense.
Ya fueran los comentarios irreverentes y extremadamente sacrílegos de Bill Maher de HBO, refiriéndose a Iglesia Católica como un culto que acoge y protege a abusadores de niños -por lo que ella luego pidió perdón- o las mayores cadenas televisivas de ABC, NBC y CBS, refiriéndose al Papa como un conservador, de línea dura y tradicionalista, el punto de vista del frente de los medios no parecía bueno.
Esto fue, por supuesto, hasta que el Santo Padre mismo impresionó a los medios con la iniciativa de un verdadero asalto uno-dos. No sólo fue el Papa el primero que aludió a su disgusto por el escándalo del abuso sexual de los sacerdotes aquí en Estados Unidos, sino que lo hizo antes de aterrizar en suelo americano. Dialogó sobre el sensible y embarazoso tema durante una sesión de preguntas y respuestas con reporteros en el «Sepherd One». Y más tarde en esa semana se encontró privadamente con varias víctimas del escándalo de abusos sexuales.
Tim Graham, director de análisis de medios para el Centro de Investigación de los Medios, explica que fue la humildad y la llaneza del Pontífice respecto al mayor elefante blanco existente lo que pudo haber forzado a la prensa a mirar más de cerca a este Papa y hacer al menos algún esfuerzo por cubrir su visita más justamente y al menos un poco más amablemente.
El centro con sede en Virginia fue creado hace más de veinte años para probar a través de la investigación que la desviación liberal de los medios no sólo existe, sino que mina los valores estadounidenses.
«Tratando de los escándalos sexuales en el avión […] fomentó la cobertura de la prensa, y el encuentro con las víctimas ayudó todavía más. Es entusiasmante cómo Benedicto trata, como tema de su pontificado, de construir esperanza, y se pudo ver a cada uno, desde las víctimas de abusos a los comentaristas de los medios, sentir más esperanza en este frente también», dijo Graham.
Graham añade que el tono fue también más amable de lo que muchos esperaban porque los medios fueron conscientes de las encuestas que mostraban que los católicos de Estados Unidos eran favorables a Benedicto XVI, y porque el Santo Padre no se metió en política. No ahorró palabras cuando trató del seguimiento de las enseñanzas de la Iglesia, pero como Graham dice, el Pontífice insistió en el tema de la esperanza y arrepentimiento, temas que no entusiasman precisamente a los periodistas laicos.
Según el Centro de Investigación de los Medios, las encuestas que se remontan hasta 1978 muestran que quienes trabajan en los medios en Estados Unidos son mucho más liberales que el resto del país, con una encuesta que muestra que la mayoría de los periodistas admiten que la religión no es importante en sus vidas.
«Primero: las encuestas de los medios mostraron que los católicos estadounidenses eran abrumadoramente favorables a Benedicto, lo que hace difícil pintarlo como impopular o villano. Segundo: el Papa insistió en temas religiosos y no políticos, una vuelta al compromiso con Cristo y la evangelización, que los reporteros laicos encuentran o aburrido o inofensivo. Al pedir perdón profundamente por los escándalos de abusos sexuales también ablandó el tono de la cobertura de los medios», añadió Graham.
Hubo algunos elementos positivos que llevaron a una prensa más amable y gentil de la que la que estaba detrás de las escenas de meses antes de que la cobertura papal empezara en serio. Lisa Wheeler es vicepresidenta ejecutiva del Maximus Media Group. Maximus es una compañía de comunicaciones católicas y marketing que proporciona interlocutores católicos ortodoxos para entrevistas con los medios.
«Los medios laicos parecían estar más preparados para este gran evento mundial católico. Tuvimos llamadas de las mayores cadenas tan pronto como enero para varios especiales que estaban preparando en relación con la visita papal. Tuvimos la responsabilidad de cerca de los 75 mayores espacios en la CNN, FOX, CBS, USA Today, AP, Reuters, New York Times, Newsweek y la BBC en relación con la visita», dijo Wheeler.
Wheeler añade que ha visto un giro notable en el tipo de expertos de los principales medios que representaban los puntos de vista de la Iglesia.
«Por primera vez tuvimos un sacerdote ortodoxo respaldando la cobertura del Día de Navidad en una gran cadena. Las peticiones que llegan a Maximus de las mayores cadenas son normalmente de tipo religioso, buscan sacerdotes o religiosas para hablar como comentaristas. Durante la visita papal la mayoría de los comentaristas de la corriente mayoritaria de la televisión eran sacerdotes. Monseñor Lisante en la MSNBC, el padre Morris en la FOX, el padre Fessio en la CNN. Casi cada primera petición de los medios ha sido: ‘nos gustaría un sacerdote’. Este es un enorme giro en el tipo de peticiones que normalmente teníamos».
Pero queda por ver si el intento de una información más equilibrada durante un evento especial como el de la visita papal se traslada a la cobertura general de los asuntos de fe, especialmente los que tienen que ver con la Iglesia Católica.
Wheeler dice que podría contar cantidad de historias que muestran que el sesgo liberal está todavía vivo entre los miembros de los medios laicos, incluyendo una sobre una red particular que pidió «un católico que hable sobre que si el Papa realmente quiere curar a las víctimas de abusos sexuales o cambiará la posición de la Iglesia sobre el matrimonio homosexual».
«Primero estaba atónita. Yo estaba a punto de decir ‘¿Habla en serio?'». Qué modo de dar cinco pasos de gigante hacia atrás. Mi respuesta fue: ‘¿Usted quiere una historia cuidada sobre este tema, o usted busca crear controversia?. No hay un católico auténtico que hable con autoridad de tal tema’. No hay que decir que tuvimos que pasar a ayudarles con este particular segmento», dijo Wheeler.
Sobre todo, incluso si no parece que la gente del Centro de Investigación de los Medios o Maximus se quede sin trabajo a todas las horas pronto, Wheeler insiste en que se siente animada por lo que dice ha traslucido en estos tres últimos años respecto a los medios laicos.
Los encuentra mucho más abiertos y más receptivos a cubrir temas críticos hacia el cambio cultural, y cubrirlos desde una perspectiva auténtica. Y recuerda que con Dios todas las cosas son posibles, especialmente cuando Cristo y la Iglesia tienen tal testigo potente y humilde como Benedicto XVI.
«Mis sentimientos, basados en las reacciones que he oído detrás del escenario de miembros de los medios son que el Papa Benedicto realmente sorprendió a los medios laicos –dijo Wheeler–. Le encontraron auténtico, abierto e inexorable en su candor sobre temas que afectan al país y al mundo.
«Mi propia esperanza es que si muchos miembros laicos de los medios que cubrieron esta visita leyeron y escribieron sobre los discursos del Santo Padre, sus corazones se transformarán de manera que puede darse una renovación de los medios».
Por Teresa Tomeo, traducido del inglés por Nieves San Martín