CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de julio de 2008 (ZENIT.org) El Papa Benedicto XVI se dirigió a los obispos colombianos, reunidos en su 85ª Asamblea Plenaria, a través de un videomensaje, para felicitarles por el centenario de esta Conferencia Episcopal, fundada en 1908, el pasado 30 de junio.
El Papa manifestó a los prelados su unión “de corazón” a las celebraciones por “los cien años de esa venerable institución, que fomenta el afecto colegial y les ayuda a ejercer de manera concorde y bien coordinada algunas funciones pastorales, alentando así armónicamente la vida cristiana en todo el país”.
Ésta es una “ocasión providencial”, señala Benedicto XVI, para “tomar el testigo de los que nos precedieron y ayudar a nuestros .hermanos para que afiancen la amistad con Jesucristo, acojan su Palabra con limpieza de corazón, celebren con gozo los sacramentos y sirvan con entusiasmo a todos, en particular a los más desfavorecidos, llevándoles un mensaje de paz, justicia y reconciliación”.
“Nosotros, como Pastores de la Iglesia, hemos de ir por delante guiando por el recto camino al Pueblo de Dios, que necesita vernos como auténticos hombres de Dios y saber que cada día rezamos por sus preocupaciones, sufrimientos, desvelos e inquietudes”.
De manera especial, el Papa alabó el empeño de los obispos colombianos en la reconciliación del país: “No puedo olvidar tampoco el esmero que ponen en ser hombres de concordia, ni sus continuas exhortaciones para que cese la violencia, el secuestro y la extorsión que padecen muchos de los hijos de esa amada tierra”.
“Pido ardientemente a Dios que acaben cuanto antes estas situaciones, que tanto dolor han causado, y que en Colombia reine una paz estable y justa, en un clima de esperanza y prosperidad”.
El Papa destacó también los esfuerzos que la Conferencia está realizando “para que el Evangelio resuene en todos los lugares de esa tierra colombiana a través de las iniciativas emprendidas en el campo de la pastoral educativa y universitaria, en el cuidado que otorgan a los presos, a los enfermos, a los ancianos, a los indígenas, a los trabajadores, a los desplazados, a los jóvenes y a las familias”.
“Quiero decirles que en este quehacer no se encuentran solos. Los acompaño con mi plegaria y cercanía espiritual”, añadió.
“Con la certeza de que están poniendo bases sólidas para un futuro prometedor, y para el bien de toda la Iglesia, los animo igualmente a redoblar la atención que prestan a los sacerdotes, seminaristas, misioneros, religiosos y religiosas, y a dar nuevo impulso a los diversos programas de formación de catequistas, seglares y agentes de pastoral”.
El Papa concluyó su mensaje mostrando su apoyo a las celebraciones programadas por la Conferencia para celebrar el centenario, especialmente el IV Congreso Nacional de Reconciliación y la Expocatólica, que tendrán lugar en agosto.
Por Inmaculada Alvarez