Benedicto XVI: el encuentro con los jóvenes en Sydney, “un nuevo Pentecostés”

Pide a los católicos de todo el mundo que se unan “espiritualmente” a la JMJ

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CASTEL GANDOLFO, domingo 6 de julio de 2008 (ZENIT.org).- La próxima Jornada Mundial de la Juventud será para toda la Iglesia “como un renovado Pentecostés”, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI en su alocución anterior al rezo del Ángelus, con los peregrinos reunidos en el Patio interior del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo.

 

El Papa insistió en varias ocasiones, antes y después del Ángelus, en la importancia de que los católicos de todo el mundo se “unan espiritualmente” a la JMJ.

“Invito a toda la Iglesia a sentirse partícipe de esta nueva etapa de la gran peregrinación de los jóvenes a través del mundo, iniciado en 1985 por el Siervo de Dios Juan Pablo II”, exhortó.

“Estoy seguro de que desde todos los extremos de la tierra los católicos se unirán a mí y a los jóvenes reunidos, como en un Cenáculo, en Sydney invocando intensamente al Espíritu Santo, para que inunde los corazones de luz interior, de amor a Dios y a los hermanos, de valiente iniciativa para introducir el eterno mensaje de Jesús en la diversidad de lenguas y culturas”, añadió en otro momento.

Incluso, en los saludos en distintas lenguas, al final del encuentro, volvió a insistir a los peregrinos en la importancia de esta “participación espiritual” de toda la Iglesia en Sydney.

El Papa se refirió al lema del encuentro, “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos”, sobre el que “ya desde hace un año las comunidades cristianas se preparan” para la gran cita de Australia.

“Es la promesa que Jesús hizo a sus discípulos después de la resurrección, y que permanece siempre válida y actual en la Iglesia: el Espíritu Santo, esperado y acogido en la oración, infunde en los creyentes la capacidad de ser testigos de Jesús y de su Evangelio”.

“Soplando en la vela de la Iglesia, el Espíritu divino la empuja a “remar mar adentro” siempre de nuevo, de generación en generación, para llevar a todos la buena noticia del amor de Dios, revelado plenamente en Cristo Jesús, muerto y resucitado por nosotros”, añadió el Papa.

Benedicto XVI aseguró que su pensamiento “está ya en Australia”, y aprovechó el momento para agradecer a todos los que están contribuyendo a los preparativos, especialmente a la Conferencia Episcopal australiana y a las autoridades civiles.

Por último, el Papa hizo una breve reflexión sobre dos de los signos de las Jornadas Mundiales, que siempre están presentes en estas celebraciones: la Cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen.

“En los meses pasados la “Cruz de los jóvenes” ha atravesado toda Oceanía, y en Sydney una vez más será testigo silenciosa del pacto de alianza entre el Señor Jesucristo y las nuevas generaciones”.

Junto a la Cruz, añadió el Papa, el “icono de la Virgen María acompaña las Jornadas Mundiales de la Juventud. A su maternal protección confiamos este viaje a Australia y el encuentro de los jóvenes en Sydney”.

Por Inmaculada Alvarez

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ZENIT Staff

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