TEXCOCO, lunes, 1 septiembre 2008 (ZENIT.org–El Observador).- Tras la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), mediante la cual la ley que despenaliza el aborto hasta las 12 semanas de gestación quedó avalada como una ley que no viola la Constitución mexicana, se han vertido muchos comentarios en medios de prensa sobre una supuesta «derrota» de la Iglesia, defensora de la vida del concebido.
Para conocer de cerca cuáles han sido las consecuencias de esta controvertida resolución del máximo tribunal del país, Zenit-El Observador ha entrevistado al obispo de Texcoco y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Carlos Aguiar Retes
–¿Considera usted que la resolución tomada por la mayoría –no por la totalidad– de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es una derrota para la Iglesia, como lo han propalado algunos medios de comunicación y algunos actores políticos?
–Monseñor Aguiar Retes: Lo considero más bien un mayor desafío. Necesitamos mayor conciencia social sobre la cultura de la vida y los derechos del recién concebido.
–¿Qué elementos positivos se desprenden de este debate y de la participación en las audiencias públicas de tantas organizaciones defensoras de la vida, antes de la resolución del pleno de la SCJN?
–Monseñor Aguiar Retes: En primer lugar, este es el camino, articularnos y organizarnos para clarificar a la sociedad y sus instancias (como la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación) los conceptos desde todos los aspectos y dimensiones, éticos, culturales, médicos, antropológicos, sociales y jurídicos. En segundo lugar, apenas comenzamos en la generación de la conciencia social y ésta debe hacerse valer en la exigencia a los políticos para que legislen según el parecer de la sociedad y de la verdad.
–¿Qué opinión le merecen los tres ministros que se pronunciaron a favor de la inconstitucionalidad de la ley que despenaliza el aborto hasta las 12 semanas en el Distrito Federal?
–Monseñor Aguiar Retes: Mi admiración y respeto. No es fácil ir en contra de la mayoría y ellos supieron mantenerse en la posición de manera muy digna. Además ellos sí decidieron su voto, entrando al fondo del asunto, es decir, que sí hay vida humana desde la fecundación.
–¿Qué nos resta por hacer a los católicos, a la Iglesia misma, para afianzar la cultura de la vida y la civilización del amor? ¿Hay alguna esperanza a la cual debamos aferrarnos; alguna acción que nos sea obligatorio emprender?
–Monseñor Aguiar Retes. «La verdad los hará libres», dice Jesús en el Evangelio de San Juan; considero que los argumentos presentados ante la Corte por quienes se manifestaron en favor de la vida, son más que suficientes para mostrar que la vida comienza con la concepción. Ahora hay que darlos a conocer en todos los ámbitos de la sociedad.