CIUDAD DEL VATICANO, jueves 4 septiembre 2008 (ZENIT.org) – La red Cáritas ha lanzado un llamamiento para recoger 5.600.000 dólares para ayudar a los supervivientes de las catastróficas inundaciones que han devastado la India nord-oriental.
Más de 2,5 millones de personas en el Estado del Bihar han tenido que huir a causa del desbordamiento del río Koshi, el pasado 18 de agosto, tras las fuertes lluvias monzónicas.
Entre 60.000 y 80.000 personas siguen aún atrapadas en las zonas más remotas, y han buscado refugio en los tejados de las casas y en los árboles.
La red Caritas Internationalis, formada por 162 organizaciones a nivel nacional, se ha fijado como objetivo proveer alimentos para cerca de 270.000 personas con una ración mensual de comida por familia, refugios temporales y artículos de primera necesidad.
Además, Cáritas quiere ofrecer servicios médicos básicos a las familias y a los pueblos afectados, a través de médicos y otros agentes cualificados, a través de 300 hospitales móviles.
Las operaciones humanitarias serán llevadas a cabo sobre el terreno por Caritas India y el <i>Catholic Relief Services (miembro de Caritas en Estados Unidos).
El director ejecutivo de Cáritas India, el religioso Varghese Mattamana, cree que la situación «podría empeorar en breve», debido a las fuertes lluvias.
«La situación es tal que las personas afectadas no tienen más remedio que depender de ayudas externas para su supervivencia», añadió.
En un informe urgente sobre la situación, Cáritas India afirma que la situación es «crítica» en regiones como Madhepura. «La región tiene una población de 1.400.000 personas y el Gobierno está evacuando a un número estimado de 1.300.000 afectados por la subida de las aguas».
«Hemos visto colas interminables de gente y de ganado -añade el informe- caminando a lo largo de kilómetros por la única carretera que todavía no ha sido cortada, pero la situación tiene todos los visos de empeorar, ya que las lluvias persisten y es muy probable que toda la zona quede aislada si el agua corta también esta vía de acceso».
Estas inundaciones, advierte Mattamana, «podrían haber alterado totalmente los esquemas habitacionales de años, incluso de siglos, con aguas invadiendo pueblos, granjas, campos, edificios y otras infraestructuras, relativamente seguros».