La India: “Nuestra fe es más importante que nuestras vidas”

Éxito de la jornada de ayuno y oración convocada el pasado domingo

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NUEVA DELHI, martes 9 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Cristianos de toda la India se movilizaron por la paz el pasado 7 de septiembre, en respuesta a la convocatoria de la Conferencia Episcopal de este país (CBCI-Catholic Bishops Conference of India).

Según el padre Babu Joseph, portavoz de la CBCI, «las iglesias se abrieron todo el día de forma continuada, se han llenado de fieles desde el alba hasta la noche y en algunas ciudades se han celebrado manifestaciones silenciosas por las calles».

También en Orissa, donde se temían reacciones de los fundamentalistas, ese día no hubo violencia, debido a la presencia de fuerzas policiales que garantizaron la protección de las iglesias.

Durante la jornada, el presidente de la CBCI y arzobispo de Ernakulam-Angamaly (siro-malabar), cardenal Varkey Vithayathil, pidió al Gobierno dar pasos para acabar con la violencia contra los cristianos.

«Nosotros continuaremos protegiendo nuestra fe sacrificando nuestras vidas porque nuestra fe es más importante que nuestras vidas», afirmó el purpurado, en unas declaraciones recogidas por el servicio de información de la CBCI.

Según reportó la agencia Fides, en Bhubaneshwar, capital de Orissa, se ha celebrado un encuentro interreligioso entre líderes cristianos e hindúes para reafirmar el «no» a la violencia y el respeto recíproco de las comunidades religiosas, como un intento de desmentir la motivación religiosa de los ataques por parte de grupos radicales.

En Calcuta, alrededor de 700 personas de distintas religiones se unieron para rezar y expresar su solidaridad con las víctimas de la violencia. Los católicos en Nueva Delhi organizaron 40 horas de adoración ininterrumpida al Santísimo, que fueron inauguradas con la celebración de una misa en la catedral, presidida por el arzobispo de Delhi, monseñor Vincent Concessao.

Sor Nirmala pide paz

El pasado 28 de agosto, sor Nirmala mandó un mensaje a la gente de Orissa y de toda la India, en el que decía que la «religión no debe dividirnos. La violencia en nombre de la religión es un abuso contra la religión. Como Madre Teresa solía repetir, la religión es una obra de amor. No se ha hecho para destruir la paz y la unidad».

«En el nombre de nuestra nación y de nuestra noble herencia, en el nombre de los pobres, de los niños, y de todos nuestros hermanos y hermanas víctimas de esta violencia y destrucción sin sentido, recemos y abrámonos a la luz y al amor de Dios», afirmaba sor Nirmala.

Posteriormente, el viernes 5 de septiembre, aniversario de la muerte de Madre Teresa, sor Nirmala volvía a referirse a la persecución religiosa en Orissa, y pedía la «poderosa intercesión en el cielo» de la beata.

Sigue la violencia

Precisamente ese día, unas Hermanas de la Caridad eran asaltadas por un grupo de extremistas del Bajrang Dal en la estación de tren de Durgh (Chhattisghar). Los violentos las acusaron de raptar y forzar a convertirse a los niños que las religiosas estaban en esos momentos acompañando a un centro de salud.

Denunciadas a la policía a pesar de que los papeles estaban en regla, las hermanas pasaron esa noche en prisión, mientras los niños permanecen aún en un hospital del Gobierno. La superiora de estas hermanas, sor Mamta, declaró a la agencia Asianews que se sienten «impotentes» ya que la policía «tardará mucho tiempo en verificar» los documentos aportados.

En este sentido, el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, se mostró alarmado «por las continuas e infundadas acusaciones de conversiones forzadas lanzadas contra las Misioneras de la Caridad.

Por otro lado, en el estado de Orissa, miles de cristianos han huido a campos de refugiados, donde siguen siendo hostigados por los extremistas. Según el servicio de información de la CBCI, se han registrado varios ataques a estos campos, entre ellos varios intentos de envenenar el agua en Kandhamal.

Según esta fuente, ell 4 de septiembre cerca de 2,500 extremistas asaltaron el campo de Tikabali y se llevaron las provisiones de los cristianos, mientras la policía, presente en esos momentos, no hizo nada para impedirlo.

Por otro lado, el pasado domingo, ardía una iglesia anglicana en Ratlam (Madya Pradesh), que estaba dedicada al apóstol san Bartolomé. Los fieles afirman que los autores son grupos radicales del Bajrang Dal (la misma organización que acusa a las Hermanas de la caridad). La policía ha arrestado a un cristiano que supuestamente se habría autoincriminado, extremo negado por los líderes anglicanos.

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ZENIT Staff

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