ROMA, viernes 12 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- El obispo de Matagalpa, monseñor Jorge Solórzano, ha advertido de que en Nicaragua los colegios confesionales podrían verse obligados a cerrar en breve.
Según explicó, el Estado ha anunciado que retirará las subvenciones, por lo que será necesario subir las tasas escolares para cubrir gastos. Pero, como muchas familias no podrán pagarlas, cabe temer que los colegios confesionales tengan que cerrar sus puertas.
Estas declaraciones las ha realizado con ocasión de su visita a la sede internacional de la asociación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, en Königstein (Alemania) adonde acudió acompañado de otros tres obispos nicaragüenses, entre ellos, el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Leopoldo Brenes.
Monseñor Solórzano señaló que las relaciones Iglesia-Estado son amables, pero que tras esta apariencia se esconden tendencias negativas como la eliminación de las subvenciones del Estado, una medida que también afecta a varios hospitales, entre otras instituciones eclesiales. Además, indicó que el Estado pretende que la Iglesia apoye su política.
"Sin embargo, nosotros como Iglesia debemos desempeñar nuestro papel sin compromisos", precisó.
Los obispos nicaragüenses coincidieron en señalar que el principal reto reside en la lucha contra la pobreza -Nicaragua es el segundo país más pobre de Latinoamérica y se ve azotada una y otra vez por graves catástrofes naturales-, la profundización en la evangelización del pueblo y la protección de los no nacidos.
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Brenes, explicó que en la lucha contra el aborto las mujeres desempeñan un importante papel, razón por la que la Iglesia dedica un esfuerzo especial a ofrecerles asistencia pastoral en las parroquias.
"Las mujeres tienen derechos, pero los niños, también", dijo monseñor Brenes, resaltando la importancia de combatir el denominado aborto terapéutico por prescripción médica, que puede dar pie a una paulatina legalización de las interrupciones del embarazo.
El obispo Solórzano añadió que organizaciones internacionales y los países industrializados están ejerciendo una enorme presión para que se legalice el aborto, pero que los nicaragüenses "son un pueblo que ama la vida".
La Iglesia de Nicaragua lucha en todos los frentes por la protección de la vida, tanto a nivel jurídico como en escuelas y parroquias. En Nicaragua el aborto está prohibido.