CASTEL GANDOLFO, domingo 21 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI advirtió este domingo que la crisis económica y financiera mundial no exime de aplicar los compromisos adoptados en la lucha contra la pobreza.
El pontífice lanzó su llamamiento desde la residencia de Castel Gandolfo ante la cumbre que se celebrará el 25 de septiembre en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York para verificar el cumplimiento de los objetivos establecidos en la Declaración del Milenio, el 8 de septiembre de 2000.
Ante esta reunión, que congregará a líderes de todos los países del mundo, el obispo de Roma renovó la invitación «para que se tomen y se apliquen con valentía las medidas necesarias para desarraigar la pobreza extrema, el hambre, la ignorancia y el flagelo de las pandemias, que golpean sobre todo a los más vulnerables».
«Un compromiso así, si bien exige en estos momentos de dificultad económica particulares sacrificios, no dejará de producir importantes beneficios ya sea para el desarrollo de las naciones que tienen necesidad de ayuda del exterior ya sea para la paz y el bienestar de todo el planeta», concluyó.
Con la Declaración del Milenio los jefes de Estado y de Gobierno adoptaron ocho objetivos, de los cuales el primero es erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Otros objetivos son lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.