El cardenal Rouco defiende la “laicidad positiva” en las relaciones Iglesia-Estado

MADRID, miércoles 24 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco, explicó este miércoles que las relaciones entre la Iglesia y la comunidad política y social deben responder al principio de la «laicidad positiva», que ha utilizado en varias ocasiones Benedicto XVI.

El purpurado, que intervino durante un desayuno con periodistas y políticos organizado por la agencia española de noticias Europa Press, explicó, , según recoge la revista Ecclesia, que este principio «ya estaba marcado en el Concilio Vaticano II».

En este sentido, recordó las intervenciones del Papa en Francia, la célebre conversación con el filósofo alemán Habermas, así como su discurso en Ratisbona en septiembre de 2006.

Los elementos de esta «laicidad positiva», son, según explicó el cardenal Rouco, «libertad religiosa, libertad de los padres para la educación de sus hijos, justa autonomía de las realidades temporales y una actitud de servicio para atender a la persona y promover la defensa de sus derechos y de búsqueda conjunta de bien común».

Preguntado por el discurso del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, sobre «laicidad positiva» ante el Papa en el Eliseo el pasado 15 de septiembre, el cardenal aseguró «no envidiar a Francia –en todo caso, sí a Alemania–a propósito del laicismo positivo que pretende impulsar su presidente».

«El marco legal en las relaciones Iglesia-Estado en España es mejor que el francés», aseveró.

Además, y en relación al debate sobre la posible reforma del concordato vigente en España, defendió como «instrumento válido» el actual sistema de acuerdos bilaterales de la Santa Sede con el resto de los países.

Preguntado también por la posible reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa española, el cardenal afirmó que la actual «es buena», aunque no se cerró a su reforma, «si es para bien».

Sobre las peticiones de retirada de los crucifijos de los espacios públicos, realizada por algunos grupos, el cardenal consideró que «proceden de minorías» y añadió estas peticiones no deben atenderse porque el crucifijo «pertenece a la historia, a la cultura y a la identidad de España».

Aborto y crisis económica

En el turno de preguntas, el cardenal Rouco se refirió a la reforma de la ley despenalizadora del aborto que el Gobierno pretende llevar a cabo. «La vida es un derecho absoluto, sin condiciones, siempre», aclaró, y añadió que la «tragedia moral» es «la aceptación social del aborto».

Respecto a la asignatura «Educación para la Ciudadanía», el purpurado insistió en que los padres «tienen derecho a la objeción de conciencia».

Sobre la actual situación de crisis económica que atraviesa España, el cardenal explicó que la Iglesia «debe aportar la solidaridad precisa y ayudar a las personas para superar también crisis morales, que están en el trasfondo de la actual situaciones».

Añadió que a la Iglesia «le preocupa mucho más la situación de familias en necesidad y de los parados que hipotéticos -e impensables- cambios o novedades en el vigente modelo de financiación de la Iglesia».

En último lugar, se refirió a la próxima Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, asegurando que «aportará la catolicidad histórica y tan fecunda de España y su dinamismo misionero».

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ZENIT Staff

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