VENECIA, viernes, 26 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Se ha concluido este viernes un congreso sobre la figura de Albino Luciani, Papa Juan Pablo I, en el 30 aniversario de su muerte, en la diócesis de Venecia, de la que fue patriarca antes de ser elegido Papa.
El Congreso, con el título «Papa Luciani, del Véneto al mundo», ha querido resaltar, no su breve pontificado, sino su labor como sacerdote y obispo. Los participantes del Congreso se trasladarán el fin de semana a Roma, donde celebrarán, el próximo domingo en la Basílica de San Pedro, una eucaristía.
Ese mismo domingo, el actual Patriarca de Venecia, cardenal Angelo Scola, celebrará una misa conmemorativa en la catedral de San Marcos, en la que participará el movimiento Comunión y Liberación.
Pasión misionera
El congreso ha querido resaltar, entre otras facetas de la personalidad del Papa Luciani, su gran amor a las misiones, como se desprende de sus numerosos escritos sobre esta cuestión, según publicó L’Osservatore Romano en su servicio del pasado 24 de septiembre..
Especialmente, el congreso dedicó la atención a una Carta a la diócesis de Venecia, publicada en octubre de 1966, tras una visita realizada a Burundi. La carta, explica el experto Roberto Morozzo della Rocca, ponía de manifiesto que el futuro Papa era «un hombre práctico, refractario a cuestiones ideológicas».
El entonces patriarca de Venecia dedicaba mucha atención a la cuestión, que en el Concilio provocó un amplio debate, entre la misionariedad y la autonomía de las iglesias indígenas.
Para él, no había confrontación entre ambas, ya que «la Iglesia es la misma en el Véneto y en el Ecuador, el Evangelio es único para todos, la gracia se infunde tanto sobre unos sobre otros, y en todo caso, la última palabra la tiene el obispo local, no una teoría intelectural».
«Lo que es necesario es la evangelización», añadía el futuro Pontífice. Según Morozzo della Rocca, su visión de la cuestión misionera «muestra a un obispo que vive el primado de la pastoralidad, un moderado que no quiere perder lo bueno de las tradiciones, pero que también quería entender la realidad presente».