NUEVA YORK, jueves, 4 septiembre 2008 (ZENIT.org).- El presidente de Caritas Internationalis, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, se unirá a los líderes mundiales en la sede general de Naciones Unidas para debatir sobre cómo hacer salir de la pobreza a millones de personas.

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon invitó al purpurado al evento de alto nivel sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio -que se celebrará en Nueva York el próximo 25 de septiembre- en cuanto representante destacado de la sociedad civil.

Los Objetivos fueron lanzados en 2000 y su finalidad es reducir significativamente la pobreza para 2015. Hasta ahora se han realizado progresos, pero a este paso en algunos países, sobre todo africanos, el objetivo no se alcanzaría hasta dentro de un siglo.

El cambio climático -para hacer frente a las consecuencias del cual Caritas pide un ulterior apoyo financiero- y la crisis alimentaria global están además poniendo en peligro muchas experiencias de desarrollo caracterizadas por el éxito.

"Los Objetivos de Desarrollo del Milenio deben ser sostenidos por compromisos para cortar las emisiones de gas invernadero por parte de los países industrializados en al menos el 25-40% para 2020", sostiene el purpurado.

El evento de alto nivel será un foro que permitirá a los líderes mundiales verificar los progresos, indicar las lagunas y empeñarse en esfuerzos, recursos y mecanismos concretos para llenar las últimas.

El cardenal Rodríguez Maradiaga alabó la iniciativa de la ONU para "volver a poner sobre la ruta adecuada los Objetivos de Desarrollo del Milenio", que considera "un útil catalizador para poner fin al escándalo de la pobreza" pero que "actualmente corren el riesgo de convertirse en víctimas de la falta de acción".

"El fracaso en lograr estos objetivos en un mundo tan rico es impensable, pero sucederá si no damos ahora los pasos adecuados", advirtió.

El purpurado recordó que once millones de niños mueren cada año en la pobreza por causas que se pueden evitar. Frente a esta tragedia, afirmó que hacen falta "planes específicos" y expresó su aprecio de "la exhortación del secretario general de la ONU a los líderes mundiales para que anuncien exactamente en el curso del Evento de Alto Nivel lo que se proponen hacer".

"Necesitamos colmar la distancia entre quienes disponen de recursos económicos y quienes tienen recursos físicos y humanos", añadió, recordando que "se mira a las Iglesias y a las organizaciones basadas en la fe, como Caritas, como medio para favorecer el desarrollo".

"Un tercio de todos los niños por debajo de los cinco años en los países en vías de desarrollo está gravemente limitado por el hambre, y los líderes mundiales deben hacer algo en este sentido", denunció.

"La Iglesia gestiona más de 60.000 asilos para 5,8 millones de niños y 90.000 escuelas elementales para 28 millones de alumnos. Con el justo apoyo, podrían ayudar a alimentar a los pobres. Es esta la colaboración necesaria para salvar vidas", concluyó.

Traducido por Nieves San Martín