ROMA, domingo, 11 de enero de 2009 (ZENIT.org).- La exactitud y la objetividad son características que suelen faltar en la cobertura que dan los medios de las iglesias y de la religión en general. Un ejemplo ha sido el último artículo de Newsweek sobre el matrimonio del mismo sexo.

La revista publicaba un reportaje de portada de Lisa Miller en su número del 15 de diciembre en el que se afirmaba que no podemos tomar la Biblia como una fuente fiable sobre cómo debería ser el matrimonio. Miller también afirmaba que ni la Biblia ni Jesús definían explícitamente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

El artículo de Miller recibió muchas críticas por sus citas selectivas de pasajes bíblicos y por ignorar simplemente mucho de lo que las Escrituras dicen sobre el matrimonio. El mismo Newsweek reconocía que sus opiniones atrajeron miles de mensajes de correo electrónico con críticas.

La ignorancia exhibida en el artículo de Newsweek no es ni mucho menos un caso aislado. El 15 de diciembre, el defensor del lector del periódico Guardian tuvo que admitir que habían confundido la Inmaculada Concepción de María con el nacimiento virginal de Jesús en un artículo publicado nada menos que en el día de la  la Inmaculada Concepción.

El editor también admitía que, como precisaba un sacerdote que les escribió, este es un error frecuente. De hecho, el Guardian ha tenido que publicar rectificaciones sobre este tema en siete ocasiones durante los últimos diez años.

Otro error llamativo fue cometido el 7 de julio, esta vez por FoxNews, cuando informaba que Webster Cook, estudiante en la Universidad Central de Florida, sacó a escondidas de una Misa una hostia consagrada. El periodista indicó erróneamente que los católicos creen que la hostia "simboliza el cuerpo de Cristo".

Los comentaristas apuntaron rápidamente que la Iglesia católica no cree que la Eucaristía sea un mero símbolo, sino que es el verdadero Cuerpo de Cristo. FoxNews corrigió el texto, pero incluso así la siguiente versión, aunque reconoce que los católicos creen que sea el Cuerpo de Cristo, afirma que esto ocurre cuando la hostia es "bendecida", en lugar del término correcto, "consagrada".

Analfabetismo religioso

Intentar comprender por qué los medios se equivocan con tanta frecuencia con la religión es el objetivo de una serie de ensayos recientemente publicados: "Blind Spot: When Journalists Don't Get Religion" (Ángulo Ciego: Cuando los periodistas no lo logran con la religión) (Oxford University Press).

Editado por Paul Marshall, Lela Gilbert y Roberta Green Ahmanson, el prólogo de libro comienza observando que muchos periodistas son simplemente analfabetos cuando se trata de saber lo que contiene la Biblia. Desgraciadamente, comentaba el prólogo, un periodista con tendencias laicistas simplemente se perderá muchos de los más importantes acontecimientos y tendencias de nuestro tiempo.

En su aportación, Allen D. Hertzke, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Oklahoma, acusaba a la mayor parte de la prensa de perderse uno de los mayores desarrollos de la política exterior de los últimos tiempos.

Hertzke explicaba que un nuevo movimiento de derechos humanos surgió a mediados de los años noventa para defender la libertad religiosa y los derechos humanos. El Congreso de Estados Unidos aprobó una importante legislación, que incluía la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998.

Llevó a cabo un profundo estudio de la cobertura de los medios durante los años en que se aprobaron las principales leyes y concluyó que el papel de la alianza de grupos religiosos que fue la principal fuerza del proceso fue con frecuencia mal entendida.

El profesor observaba, por ejemplo, que el New York Times en ocasiones parecía luchar para dar sentido a los procesos legislativos, y solía simplemente caracterizar el impulso legislativo como una causa de la "Derecha Cristiana", ignorando así el papel jugado por toda una diversidad de grupos que van desde los judíos a los budistas tibetanos.

Asimismo, añadía Hertzke, la campaña contra el tráfico de mujeres y niños para su explotación sexual es otra área donde los grupos religiosos han jugado un papel pionero, pasado por alto con demasiada frecuencia por los medios.

Informando sobre el Papa

La escritora y periodista católica Amy Welborn dedicaba un capítulo del libro a la cobertura que dan los medios al papado. Reflexionaba sobre la cobertura de la muerte del Papa Juan Pablo II, la elección de Benedicto XVI, y los primeros años del pontificado de este último.

Muchas veces, comentaba Welborn, la cobertura de los medios se ha visto estropeada por dos defectos, primero, la falta de conocimiento del tema; segundo, confiar en una plantilla de información que enmarca los acontecimientos en el lenguaje de categorías políticas contemporáneas.

Un perfil de Juan Pablo II publicado tras su muerte por el Boston Globe describía su magisterio como "autoritario" y "disciplinario". Muchos de los periodistas, observaba Welborn, presentaban a Juan Pablo II como "conservador", e ignoraban, por ejemplo, sus aportaciones pioneras en áreas como la teología del cuerpo.

En cuanto a la elección de Benedicto XVI, Welborn observaba que con demasiada frecuencia los medios caracterizaron al nuevo Papa como intransigente y disciplinario. Solamente con el tiempo los medios laicos lograron presentar una imagen más completa.

Welborn reconocía que informar sobre la Iglesia católica es todo un desafío, dada la profundidad y complejidad histórica del tema en cuestión. E indicaba que profundizar su conocimiento de la Iglesia sería un paso adelante para los periodistas que cubren el catolicismo. Esto no significa perder objetividad, sino informar sobre los acontecimientos en su contexto apropiado.

También sería dar otro paso adelante el resistirse a la tentación de presentar cada información relacionada con el Vaticano como una batalla entre "conservadores" y "liberales".

Ignorancia

Terry Mattingly, reportero y director del Washington Journalism Center en el Council for Christian Colleges, escribía sobre el tema de llevar la religión a las salas de redacción.

También comentaba la asombrosa ignorancia de algunos de los reporteros que cubren religión. Mattingly observaba que no podría imaginar que errores básicos como los cometidos en informaciones sobre temas religiosos se pudieran permitir en otras áreas, como la política.

Entre los ejemplos dados por Mattingly estaban informaciones que podrían incluso no describir perfectamente los nombres de las iglesias o las denominaciones, etiquetando a los diversos grupos cristianos como "fundamentalistas", y malinterpretando completamente la terminología religiosa.

Este no es un problema religioso, sostenía Mattingly, sino periodístico, debido a que las mesas de redacción carecen de oído cuando se trata de religión - escuchando las palabras pero sin comprender la música.

Mattingly citaba un caso de los editores del Washington Post en 1994, cuando pusieron un anuncio para un reportero de religión. El "candidato ideal", se decía, "no es necesariamente religioso ni experto en religión".

Es cierto, reconocía, que un reportero que cubra religión no debería escogerse basándose en sus creencias religiosas, pero para ser un buen reportero profesional necesitas conocer el tema que vas a cubrir.

Recomendaba algunas cosas que pueden hacerse para mejorar la cobertura de la religión. Las sugerencias de Mattingly iban desde que los editores asegurasen que los reporteros reciben una mejor preparación a la necesidad de más diversidad en términos de procedencia y creencias de quienes trabajan en las mesas de redacción.

"Los medios deben evitar convertirse en portavoces del materialismo económico y del relativismo ético, verdadera plaga de nuestro tiempo", escribía Bene dicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, celebrada el 4 de mayo pasado.

"Por el contrario, pueden y deben contribuir a dar a conocer la verdad sobre la humanidad, y a defenderla contra los que tienden a negarla o a destruirla", animaba el Papa. Una parte esencial de la comunicación de esta verdad es informar correctamente sobre los hechos básicos de la religión y de la Iglesia.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado