CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 16 enero 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha agradecido la labor de los cristianos en la República Islámica de Irán, y les ha indicado dos vías para profundizar en su relación con las autoridades del país: el diálogo cultural y el ejercicio de la caridad.
En su discurso a los obispos de este país de Oriente Medio, que han acudido a Roma con motivo de la quinquenal visita «ad limina apostolorum», el Papa puso de manifiesto la «antigua presencia» de los cristianos en Irán, en sus tres comunidades armenia, caldea y latina. Una presencia que se «ha desarrollado y mantenido a lo largo del tiempo».
El pontífice puso de manifiesto la importancia del testimonio de «unidad en la diversidad» que las tres comunidades ofrecen dentro de la Iglesia.
También explicó la trascendencia del testimonio de la caridad que los sacerdotes, religiosos y religiosas están dando a través de la asistencia a los más necesitados y a los ancianos, y especialmente » la hermosa contribución de la Iglesia católica, en particular a través de Cáritas, en la obra de reconstrucción tras el terrible terremoto que sacudió la región de Bam».
«No quiero olvidar a todos los católicos, cuya presencia en la tierra de sus antepasados trae a la mente la imagen bíblica de la levadura en la masa, que hacer levar el pan, le da sabor y consistencia», añadió.
El Papa animó a los cristianos a «permanecer fieles a la fe de sus padres y permanecer unidos a su tierra, para trabajar conjuntamente en el desarrollo de la nación».
Para ello es necesario, explicó, «desarrollar relaciones armoniosas con las instituciones públicas, con la gracia de Dios, que se profundicen gradualmente y les permita llevar a cabo mejor su misión de Iglesia en el respeto mutuo por el bien de todos».
Para ello, el Papa les indicó dos caminos, «el del diálogo cultural, riqueza plurimilenaria de Irán, y el de la caridad. Esta última iluminará a la primera y será su motor».
Además, pidió a los pastores que cuiden las vocaciones, que no son muy numerosas debido al exiguo número de cristianos, así como a fortalecer los lazos con los cristianos iraníes que han emigrado a otros países.
«El camino que se abre ante vosotros requiere mucha paciencia y constancia. El ejemplo de Dios, que es paciente y misericordioso con su pueblo, será vuestro modelo y os ayudará a abrir el espacio necesario para el diálogo», añadió.
El Papa aseguró, por último, su afecto y oración por los cristianos iraníes: «en mi oración, nunca olvido a vuestro país y a las comunidades católicas presentes en su territorio, y pido a Dios que las bendiga y asista».
«Cuando regreséis a Irán, decid a los sacerdotes, religiosos y religiosas y a todos los fieles que el Papa está cerca de ellos y reza por ellos», concluyó.
De los más de 65 millones de habitantes de Irán, el 98% son musulmanes, y el 0,04% católicos (caldeos, armenios y latinos).
Por Inma Álvarez