El sueño del Encuentro de las Familias: abrir los ojos a la sociedad civil

Habla el padre padre Gianfranco Grieco, O.F.M. Conv., del Consejo Pontificio para la Familia

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CIUDAD DE MÉXICO, sábado, 17 enero 2008 (ZENIT.org).- En el Encuentro Mundial de las Familias está en juego la solución de fondo a la actual crisis, pues si la familia enferma, la sociedad enferma; explica uno de los organizadores del evento.

En esta entrevista concedida a ZENIT por el padre Gianfranco Grieco, O.F.M. Conv., jefe de Oficina del Consejo Pontificio para la Familia, explica por qué Benedicto XVI y la Iglesia han dado tanta importancia a este evento que se clausura en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe este domingo.

El colaborador de Benedicto XVI confiesa su sueño para este Encuentro: «Esperamos que, después del desorden de estos años, la sociedad civil abra los ojos ante este bien inmenso que es la familia, porque la familia es nuestro futuro».

–Hoy cuando se habla de familia parece que no todos se refieren a lo mismo. ¿Está de acuerdo?

–Padre Gianfranco Grieco: La Iglesia habla de «familia» pero el mundo de hoy habla de «familias». Nosotros impulsamos la tesis de que la familia es el corazón de la sociedad. Si el corazón está enfermo, la sociedad está enferma, si la sociedad tiene un corazón vivo, la familia está viva. Si la familia está fundada sobre el matrimonio con hijos, educación, crecimiento, responsabilidad, capacidad para compartir…, todos estos valores pertenecen a la familia cristiana y también a la familia humana.

Todo esto contribuye a que la sociedad camine en el sentido de la responsabilidad y del bien común. Si la familia está enferma, la sociedad está enferma; si la familia está sana, la familia genera una sociedad sana, sin precipicios, sin vacíos, sin guerras, sin desarmonías, sin rencor. Así promueve el progreso y la paz.

–¿Por qué el Papa y la Iglesia han hecho del Encuentro Mundial de las Familias una «prioridad pastoral»?

–Padre Gianfranco Grieco: La Iglesia católica es como una orquesta, que busca tocar bien en todas las partes del mundo. Con Juan Pablo II a lo largo de todo su pontificado, la Iglesia entendió que nuestra estrategia, nuestro esfuerzo para dar un nuevo rostro a la humanidad, exige apoyar a la familia.

Porque la familia, desde 1968 hasta nuestros días, en estos 40 años, ha sido olvidada, ofendida, marginada, con todos los temas del aborto, divorcio, eutanasia…, con todas las extrañas leyes sobre la bioética, y con todos estos temas que no hacen bien a la familia, que disgregan a la familia, que fracturan a la familia.

Nosotros debemos trabajar para que en todas las fuerzas, a todos los niveles de responsabilidad, se dé una orquesta que sepa tocar este himno a la familia, que es el himno a la vida, que es el himno al amor. Podemos afirmar que ésta no es una utopía, sino que es un esfuerzo, el compromiso que la Iglesia tiene que realizar junto a la sociedad civil. Porque la sociedad civil es la que «gana», si hay una familia sana.

En una familia donde hay un drogadicto, hay problemas. Una familia en la que un hijo se esfuerza por obedecer, estudia, crece, es responsable con la sociedad, hace un bien a la sociedad civil.

–El Encuentro Mundial de las Familias es, junto a las Jornadas Mundiales de la Juventud, uno de los momentos en los que la Iglesia congrega al mayor número de personas. ¿Que colaboración se da para apoyar a las familias con los jóvenes y a los jóvenes con la familia?

–Padre Gianfranco Grieco: En esta orquesta, en esta sinfonía, la familia apoya a los hijos, los hijos apoyan a la familia. Nosotros no podemos promover políticas en las que la familia y los hijos no vayan de la mano: hijos y familia van juntos. Lamentablemente vivimos en un contexto social en el que se quiere fracturar esto, se quiere liquidar. Cada uno va por su lado, pero si cada uno va por su parte, se camina hacia el aislamiento, hacia la muerte, hacia la disgregación, hacia la pérdida de los sentimientos. Se camina sin corazón.

Nosotros esperamos que, después del desorden de estos años, la sociedad civil abra los ojos ante este bien inmenso que es la familia, porque la familia es nuestro futuro.

Por Mercedes de la Torre

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ZENIT Staff

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