CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 18 enero 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el tercer día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 20 de enero.
El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos. La base del texto ha sido redactada por un equipo de representantes ecuménicos de Corea.
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Los cristianos ante la injusticia económica y la pobreza
Estarán unidas en tu mano
Lv 25, 8-14
El jubileo como liberación
Sal 146 (145)
El Señor hace justicia a los oprimidos
1 Tim 6, 9-10
El amor al dinero, la raíz de todos los males
Lc 4, 16-21
Jesús y el jubileo como liberación
Comentario
Oramos para que venga el Reino de Dios. Aspiramos a un mundo donde la gente, en particular los más pobres, no mueran antes de hora. No obstante, el orden económico del mundo actual agrava la situación de los pobres y acentúa las desigualdades sociales.
La comunidad mundial está enfrentada hoy a la debilidad creciente del trabajo humano y a sus consecuencias. La idolatría del mercado, como el amor del dinero según el autor de la carta a Timoteo, aparece como «la raíz de todos los males».
¿Qué pueden y deben hacer las Iglesias cristianas en este contexto? Volvamos juntos hacia el tema bíblico del jubileo, que Jesús evocó para definir su ministerio.
Según el texto de Levítico, en el momento del jubileo, se anuncia la liberación; los inmigrantes podían regresar a su propiedad y a su familia; si alguien había perdido todos sus bienes, podía también vivir con el pueblo como residente extranjero; no se prestaba más dinero exigiendo un interés y no se abastecía de alimento para sacar provecho de eso.
El jubileo implicaba una ética colectiva, la liberación de los esclavos y su retorno, la restauración de los impuestos territoriales, y la abolición de las deudas. Esto significa, para las víctimas de estructuras sociales injustas, el restablecimiento del derecho y la restitución de sus medios de existencia.
El fin del mundo actual que considera «lo primero el dinero» como el valor y lo más absoluto de la vida no puede ser más que la muerte. Como Iglesias, al contrario, somos llamados a vivir juntos en el espíritu del jubileo y, siguiendo a Cristo, difundir juntos esta buena noticia. Como experiencia de la curación de su división, los cristianos son más sensibles a otras divisiones que hieren a la humanidad y a la creación.
Oración
Dios de justicia, en nuestro mundo hay lugares que rebosan alimento, pero en otros no hay bastante, donde los hambrientos y los enfermos son multitud.
Dios de paz, hay en el mundo gente que saca provecho de la violencia y de la guerra, mientras que otros, a causa de la guerra y de la violencia, son forzados a abandonar sus casas y a encontrar refugio en otro lugar.
Dios de compasión, ayúdanos a comprender que no podemos vivir solamente de dinero, sino que podemos vivir de la Palabra de Dios. Ayúdanos a comprender que no podemos llegar a la vida y a la prosperidad verdadera sino amando a Dios y obedeciendo su voluntad y sus enseñanzas.
Te lo pedimos en nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.