JERUSALÉN, miércoles 21 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El delegado apostólico en Jerusalén, el arzobispo Antonio Franco, visitó este miércoles Gaza para distribuir entre los centros de asistencia católicos las ayudas a la población que ha enviado Benedicto XVI.
«He visitado el centro de Gaza, donde he visto mucha destrucción. Los daños más graves, sin embargo, se encuentra en las zonas periféricas. Por lo que veo, me parece también que el retiro del ejército israelí está completándose», ha revelado a la agencia SIR del episcopado italiano monseñor Franco.
«Hemos celebrado la misa en la parroquia de la Sagrada Familia, llena de fieles -revela el prelado–. He llevado la cercanía, la oración, y la solidaridad del Papa, también a través de una ayuda personal dirigida a aliviar los sufrimientos de estos días. La solidaridad es fundamental en este momento, pues es instrumento útil para crear las condiciones de paz y de reconciliación».
El arzobispo mantuvo encuentros con el padre Manuel Musallam, párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia, con las Misioneras de la Caridad y otras religiosas, que prestan su servicio a los más vulnerables.
«Muchas personas que me han confesado su miedo y su sufrimiento», añade el nuncio apostólico en Israel y delegado ante la Autoridad Palestina.
El prelado considera que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca puede traer un cambio.
«Esperamos que la política trate, al menos un poco, de concentrarse sobre los sufrimientos de las personas buscando dar sus respuestas, sin caer en juegos de poder e intereses. Es urgente ocuparse de los derechos, de las exigencias y de las aspiraciones del pueblo. Y creo que Obama lo subrayó en el discurso inaugural: hacen falta soluciones a los problemas que afligen a la humanidad».