WASHINGTON, martes 27 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El cardenal Justin Rigali arzobispo de Filadelfia, ha calificado de "muy decepcionante" la decisión del nuevo presidente americano Barack Obama de revocar la prohibición de destinar fondos federales a organizaciones que promueven el aborto en países en vías de desarrollo.
La decisión de revocar la conocida como "Política Ciudad de México", que puso en marcha el ex presidente George Bush hace ocho años, se hizo pública el tercer día de mandato del nuevo presidente.
El cardenal Rigali, que es también presidente del Comité de Actividades Pro vida de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, afirmó que "una administración que quiere reducir el aborto no debería destinar fondos federales a grupos que promueven el aborto".
Estas declaraciones se refieren a la reiterada afirmación de Obama en campaña electoral, de que él no es "partidario del aborto, sino de reducir el número de abortos sin hacer ilegal este procedimiento".
El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago y presidente de la Conferencia Episcopal, había escrito a Obama antes de la inauguración de su mandato, pidiéndole que mantuviera la Política de su antecesor.
"La Política Ciudad de México, establecida por primera vez en 1984, ha sido atacada erróneamente como una restricción a la ayuda al extranjero para la planificación familiar. De hecho, esa ayuda no se ha reducido en absoluto, sino que se ha asegurado que las fundaciones de planificación familiar no se desvíen a organizaciones que se dedican a promover el aborto en lugar de combatirlo".
"Una vez que la clara línea que separaba la planificación familiar y el aborto se ha borrado", añadía el cardenal, "la idea de usar la planificación familiar para reducir el aborto no tiene sentido, y el aborto reemplazará a la contracepción con el fin de reducir el tamaño de la familia".
"Lo peor"
Las críticas del Vaticano llegaron el pasado sábado cuando el arzobispo Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, afirmó al diario italiano "Il Corriere della Sera", que "entre las muchas cosas buenas que podría haber hecho, Barack Obama ha elegido la peor".
"Si este es uno de los primeros actos del presidente Obama, con todos los respetos, me parece que el camino hacia la decepción ha sido muy corto", añadió el arzobispo.
Por su parte el arzobispo Elio Sgreccia, anterior presidente de la Academia Pontificia para la Vida, afirmó a la agencia italiana ANSA "supone un duro golpe no solo para nosotros los católicos, sino para toda la gente en el mundo que lucha contra la matanza de inocentes que ha traído el aborto".
Obama acogió una petición de la Iglesia de firmar una orden ejecutiva para prohibir la tortura.
Al respecto, el obispo de Albany, monseñor Howard Hubbard, presidente del Comité "Justicia y Paz" de la Conferencia Episcopal, dijo que los obispos "agradecieron la orden", y que ésta "dice mucho de nosotros, quiénes somos, lo que pensamos sobre la vida y la dignidad humana, y como actuamos como nación".
Por Karna Swanson, traducción del inglés por Inma Álvarez