Creciendo en Gracia, una secta en campaña agresiva en Iberoamérica

Por el experto y sacerdote Luis Santamaría del Río

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ZAMORA, sábado, 28 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- En estos últimos años se ha puesto de actualidad una secta de origen cristiano denominada «Creciendo en Gracia», que se caracteriza por un proselitismo agresivo y sus ataques a la Iglesia católica y a otras confesiones religiosas. Fundada por un puertorriqueño que se hace llamar «Jesucristo hombre» y el Anticristo, está extendida por todos los países de habla hispana. Por eso publicamos este estudio, realizado por Luis Santamaría del Río, sacerdote de la diócesis de Zamora y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES)

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Cuando a finales del año 2006 un grupo religioso denominado «Creciendo en Gracia» (CEG) comenzaba a moverse por diversos países iberoamericanos de forma llamativa, muy pocos sabían exactamente de qué se trataba. En efecto, en España sólo había una breve referencia en el Nuevo diccionario de sectas y ocultismo de César Vidal Manzanares (1998), buen conocedor del mundo protestante, y que señalaba que «aunque originalmente se trataba de una iglesia evangélica progresivamente ha ido evolucionando hasta convertirse en una secta». Poco tiempo después, la prensa de todo el mundo fue informando de este curioso grupo dirigido por alguien que se autodenomina simultáneamente «Jesucristo hombre» y el Anticristo, y que viene protagonizando noticias de lo más estrafalarias, muchas de ellas relacionadas con su proselitismo agresivo y sus ataques contra las confesiones religiosas. De hecho, el boletín Info-RIES, editado por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ha publicado más de 60 artículos sobre este grupo, desde el año 2007. ¿Qué es Creciendo en Gracia? ¿Quién es su líder? ¿En qué creen sus integrantes y cuáles son sus objetivos? En este artículo nos acercaremos a estas cuestiones, intentando aclarar las cosas.

Una secta, un líder

Se trata de un movimiento espiritual totalmente configurado por la personalidad de su líder, a quien denominan «el Apóstol», José Luis de Jesús Miranda. Nacido en Ponce (Puerto Rico) en 1946, en una familia pobre, pasó por el mundo de las drogas y de la cárcel en su adolescencia. Católico al principio, se hizo después pentecostal y hasta bautista. Su trayecto religioso concluyó con una visión que dijo tener en 1973, cuando vivía en los EE.UU., en la que dos hombres al pie de su cama le revelaron la segunda venida de Cristo, que, según su propio testimonio, «vino y se integró en mí». Se trasladó entonces a Miami (Florida), donde fundó el «Ministerio Internacional Creciendo en Gracia», nombre oficial de la secta.

En 1987 se autoproclamó «el Otro», un ser cuasidivino que prepararía la venida del Señor. En 1988, una hermana puertorriqueña le transmitió la siguiente profecía divina: «José Luis, varón esforzado y varón valiente, tus lomos han sido ceñidos con la verdad de la palabra. Unos lomos ceñidos con la palabra verdadera con la palabra que lleva un peso real y perfecto porque son los lomos ceñidos con la palabra de gracia. No hay otra palabra. No hay otro mensaje. No hay otro cinto que deba de ceñir los lomos del mensajero sino este es el verdadero cinto, el cinto de la gracia sobre tus lomos. Y te he dado habilidad para hablarla, para enseñarla, para vivirla, para mostrarla, para que resplandezca». En aquella ocasión dijo ser una nueva encarnación del apóstol Pablo.

Más recientemente, el año 2004 fue el momento en el que se proclamó «Jesucristo hombre», y tres años después, en 2007, difundió un vídeo en el que manifestó su nueva personalidad: el Anticristo. Con todos estos anuncios de carácter megalómano, consiguió que su mujer y varios de sus hijos dejaran la secta. Cuando, coincidiendo con el último descubrimiento, Miranda se tatuó en el brazo el número 666, todos sus adeptos se apresuraron, en todos los países en los que se encontraban, a imitar a su líder. De hecho, uno de sus pastores estadounidenses ha reconocido: «No necesitamos que De Jesús nos diga qué hacer. Lo sabemos en espíritu».

Hombre polémico, viaja siempre rodeado de guardaespaldas, recibe importantes donaciones de sus adeptos y vive rodeado de lujos, lo que le ha acarreado muchas críticas. Además, muchos expertos han mostrado su preocupación por la gran influencia que ejerce sobre sus seguidores. «El control que tiene sobre las personas es tan asombroso que sin importar lo que él diga la gente lo seguirá», afirmó Daniel Álvarez, profesor del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de Florida, cuando comenzaron los tatuajes masivos. Y por eso decía también preocupado este académico: «sólo espero que no se transforme en Jim Jones», refiriéndose así a la masacre colectiva protagonizada por este norteamericano, líder del Templo del Pueblo, en 1978.

Jesucristo, presente en la tierra

Los miembros de CEG confiesan la fe monoteísta bíblica, pero aderezada con sus propios elementos. No hay rastro de la doctrina sobre la Trinidad. Dios se encarnó en Jesucristo, pero también Satanás se hizo carne en Adán. Por otro lado, «Jesucristo Hombre» es el único mediador entre Dios y el género humano, entendiendo aquí a la vez a Jesús de Nazaret y a José Luis de Jesús Miranda. Cristo venció el pecado por su muerte en cruz, por lo que ya no hay pecado: «con una sola ofrenda nos hizo perfectos para siempre», y por ello «la salvación dada por Jesucristo al creyente no se pierde, es salvo siempre salvo». Hay una salvación para todos, que se basa en la predestinación. Como Cristo, a través de su entrega hasta la muerte, ha sido expiación por todos los pecados, ya no hay pecado, sino errores, y la salvación es universal. Además, la secta otorga una gran importancia al apóstol Pablo, a quien prácticamente considera el origen de la fe cristiana, y cuyas epístolas tienen mayor importancia que el resto de la Escritura.

De hecho, realizan una lectura manipuladora de la Biblia. Con un marcado acento marcionita, un representante de la secta en Venezuela afirmaba en unas declaraciones a la prensa: «No creemos en Jesús de Nazareth. La Biblia hay que reeditarla y eliminar todo el Antiguo Testamento. Estamos sometidos a la voluntad de Jesús hombre, anticristo y la bestia, y rechazamos todas las normas del judaísmo, ya que no prohibimos nada». Toman algunos versículos de la Sagrada Escritura y los sacan de su contexto para apoyar sus afirmaciones doctrinalmente estrafalarias.

Jesucristo está en la tierra, en la persona de Miranda: «Ministerio Internacional Creciendo en Gracia cree firmemente conforme a las evidencias expuestas en el evangelio, que Jesucristo hombre ya está en la tierra edificando y confirmando su iglesia». Pero no se trata sólo de una presencia con relevancia espiritual, sino que los miembros de CEG hablan del Gobierno de Dios en la tierra, y tanto sus mensajes como las imágenes que emplean tienen una clara resonancia teocrática, centrada en la figura de José Luis de Jesús Miranda. Incluso el escudo que emplean está claramente inspirado en el escudo de los EE.UU.

«Ésta es la única iglesia donde el pecado no existe. El diablo fue destruido y es un engaño de Roma. Los mandamientos no existen. Somos libres. Todo está permitido pero con normas. De lo que siembres, cosecharás. Estamos predestinados, cuando morimos el espíritu vuelve donde estábamos antes», señalaba un adepto en una manifestación. Como ya se ha señalado, el pecado no existe, y el diablo tampoco. Según afirmó el propio Miranda, «es una pena que la gente confunda Anticristo con Satanás. Como reflejan su insensatez, su ignorancia. El anticristo es el mejor amigo de la iglesia porque hace que vea a Jesús después de la cruz».

Cultos y actividades

Denominan «centros educativos» a sus locales, y dan mucha importancia a la f
ormación, centrada en los escritos paulinos. Para esta secta, la dimensión formativa, a su modo, es fundamental, y de hecho el saludo característico que se le puede ver a Miranda en las fotografías oficiales es colocar dos dedos en la frente, como signo de trabajar con el conocimiento de la Escritura. Defienden lo que denominan «confesión positiva», un tipo de oración que prácticamente obliga de forma mágica a que Dios actúe.

Su culto es muy peculiar, en el caso de que pueda considerarse un acto de culto. En rigor, se trata de una reunión de los miembros en el centro educativo, donde atienden a una pantalla de televisión, en la que se retransmite por videoconferencia la predicación del apóstol Miranda, a quien gritan y alaban, a quien aplauden y cantan: «Mi apóstol me hizo feliz, mi apóstol es José Luis…». Es lo que denominan el «calqueo» semanal. Aunque también hay retransmisiones diarias, que llegan a los adeptos en donde estén, por señal de televisión o de radio.

Una imagen que ha dado la vuelta al mundo es la de los adeptos de CEG tatuándose en el brazo, imitando a su líder, que lo hizo en 2007, el número 666, como la cifra del Anticristo, y las letras SSS, que significan «salvo siempre salvo». Esto lo han visto muchos expertos como una clara muestra de la gran influencia que tiene Miranda sobre sus seguidores, tal como ya hemos señalado. Su adhesión es total. Un ejemplo podemos verlo cuando leemos lo que respondía un adepto colombiano a la pregunta de un periodista: «Entonces, ¿usted cree que él es el nuevo Jesucristo? – Sí, totalmente. Es mi papi y me ha hecho feliz».

Por otra parte, esta práctica de tatuarse la cifra de la Bestia apocalíptica ha traído consigo que en muchos lugares hayan considerado a CEG como una secta satánica, extremo que sus integrantes han desmentido ya que, como hemos señalado, no creen en la existencia del demonio, que habría sido destruido por la muerte de Cristo. Los tatuajes responderían más a una estrategia proselitista, como se desprende de sus declaraciones. «Nunca hemos obligado a alguien a realizarse tatuajes para la salvación, pues nosotros nacimos salvos porque somos hijos de Dios, aunque hay un llamado a tatuarse en nuestra página web, sólo fue una estrategia para que la gente se acercara y conociera nuestro trabajo», afirmó ante los medios la responsable venezolana Yaneth Gutiérrez.

El dinero que mueven, debido a los ingresos por las donaciones de los miembros, se cuenta por millones de dólares. Sus adeptos donan elevados porcentajes de sus salarios al movimiento, que se rige por la llamada «teología de la prosperidad» (cuanto más dinero le des a Dios, más te bendecirá). Cada semana, los adeptos entregan una asignación llamada «siembra». Se deposita en una cuenta bancaria, cuyo destino es, en su mayor parte, la sede central de la secta en Miami. Muchos integrantes de CEG llegan a entregar hasta el 50 % de sus ingresos.

Según la prensa de Florida, Miranda empleó dinero recaudado por la secta para gastos personales, pagando 144.000 dólares anuales en concepto de pensión a su primera esposa, de la que está divorciado, hecho que se descubrió en el proceso legal de divorcio de su segunda mujer. De hecho, según afirmó el juez que instruyó este caso, Roberto Piñeiro, más que una «iglesia», el puertorriqueño lo que tiene es un negocio particular del que se lucra a base de su predicación. Finalmente, el apóstol de CEG tuvo que pagar a su segunda esposa más de 2 millones de dólares.

Sucesos y problemas con la Justicia

Este movimiento ha estado vinculado a sucesos y polémicas desde que comenzó a aparecer en los medios de comunicación. Ya a comienzos del año 2007 la Justicia venezolana emprendió un proceso contra el líder de CEG en Maracaibo, que fue detenido por actos inmorales e incitación a la violencia. Pero la cuestión que más polvareda ha levantado ha sido la discusión en algunos países sobre la posibilidad de prohibir a José Luis de Jesús Miranda el ingreso al territorio nacional. El Salvador es un ejemplo muy significativo, pues además se planteó el evitar la entrada de miembros de la secta en el país, arguyendo la mayoría católica de los salvadoreños y el carácter ofensivo de las doctrinas y prácticas del grupo, que podrían dañar los sentimientos religiosos de la población. «Aquí nos estamos enfrentando a grupos que incluso pueden llegar a ser radicales, extremistas y peligrosos. Precisamente se va a regular la presencia de este tipo de extranjeros que practican tradiciones y costumbres totalmente diferentes a nuestras tradiciones cristianas», señaló Antonio Saca, presidente de la República.

También el Congreso de Honduras solicitó al Gobierno que prohibiera la entrada del «Jesucristo hombre» en el país. Un diputado opositor llegó a decir: «no podemos permitir que este señor venga a engañar y dividir a la familia hondureña, este tipo de farsantes no puede venir a nuestro país». En Guatemala se prohibieron sus actos por considerar que atentaban contra el debido respeto a los credos ya instalados. Los tres países, además de otros como Guatemala, prohibieron el ingreso de Miranda en sus fronteras. Recientemente hemos conocido que la Secretearía de Gobernación y Justicia de Honduras mantiene vigilada a la secta.

Medios de comunicación, propaganda e Internet

CEG es una de las sectas que más provecho está sacando a su presencia pública, tanto a través de los medios de comunicación tradicionales, como -sobre todo- en el ciberespacio. Tiene un canal de televisión, Telegracia, que emite su programación desde Colombia, y que llega por cable a más de 200 ciudades iberoamericanas. Y cuenta con un amplio abanico de páginas de Internet donde ofrecen material y documentos. Por otra parte, este grupo sigue una calculada estrategia de originar noticia tras noticia, para aparecer en los medios de todo el mundo de forma sensacionalista.

El 30 de marzo de 2007 convocó manifestaciones en varias grandes ciudades del mundo, incluida Madrid, donde empezaron a darse a conocer los adeptos de CEG, en un salto al continente europeo. Según explicó entonces la portavoz de la secta en España, «el 666 es la marca del Anticristo. Según el Apocalipsis, se levantaría el Anticristo y se tatuaría el 666. El Anticristo no es una persona mala que vaya en contra de Cristo, sino en contra de la doctrina de Jesús de Nazaret. No es algo malo. Nos tatuamos para que la gente vea que el 666 no es el fin del mundo, sino la segunda venida de Dios a la Tierra». ¿Y cuál era el objetivo de esta movilización coordinada en tantos países? Así lo resumían sus organizadores: «anunciar que el Anticristo es Jesús Miranda, que el catolicismo miente y ha mentido durante 2.000 años y es el causante de violaciones y demonios».

No sólo está presente en los países de Centroamérica y América del Sur. Como ya hemos visto, España es el lugar ideal para su entrada en Europa. Y CEG también se ha hecho notar en diversos lugares de los EE.UU. que cuentan con población hispana.

Su ofensiva antirreligiosa

José Luis de Jesús Miranda asegura que las Iglesias, tanto la católica como las evangélicas, son dirigidas por «ministros de Satanás», y por ello siempre ha alentado a sus adeptos a protestar ante los templos e incluso en los cultos. La fe verdadera es, por supuesto, la que profesa su movimiento. Ante la catedral metropolitana de San Salvador han llegado a tener un acto público de quema de Biblias. Frente a la sede del Arzobispado de Miami organizaron una manifestación para solicitar a George W. Bush la clausura de los templos católicos, ya que «el celibato católico es el causante de las violaciones y los abusos sexuales». También han destruido en público imágenes de santos, y han llegado a tirar a la basura crucifijos. En el último miércoles de ceniza decidieron acudir a iglesias católicas para boicotear los actos litúrgicos, e hicieron lo mismo en varios locales de culto protest
ante.

En una entrevista en la prensa, el líder nicaragüense de CEG afirmó lo siguiente, cuando fue cuestionado por la doctrina de la secta sobre el fin del mundo: «creemos en el fin del sistema protestante y católico. Eso está profetizado, la gran ramera, la Iglesia Católica. El mismo Juan dice que tenía que llegar a su fin, y dijo: Ha caído Babilonia. Entonces ese fin está próximo». Con el nombre «posters de la reforma», unas viñetas publicadas en su página web tildan tanto a protestantes como católicos de terroristas y basura. En otras secciones de su sitio de Internet pueden advertirse ataques frontales al papa Benedicto XVI, a los obispos y a los dogmas cristianos.

En Washington (y de forma simultánea en las capitales de otros 29 países) convocaron una manifestación para mostrar su indignación por el encuentro entre el presidente de los EE.UU. y el obispo de Roma, a quien consideran el usurpador, un mentiroso, que al lado de sus antecesores ha mantenido al mundo sumido en la ignorancia, al ocultar la destrucción del diablo y del pecado que tuvo lugar con la muerte de Cristo. En los mensajes  de correo electrónico que la secta envió para llamar a esta movilización, podían leerse claros insultos al Papa: «Invitamos a todos aquellos que han sido violados, abusados, maltratados, a organizaciones que los apoyan o representan, a alzar su voz hablando claro y se unan a esta histórica manifestación, para que el presidente George W. Bush haga justicia, negándole la entrada a Estados Unidos al peor terrorista existencial en el mundo». En otra ocasión, el líder pronunció en una de sus predicaciones frases como «celibato igual violación de menores», y «celibato es doctrina de demonios»

Hace poco un sacerdote colombiano fue apuñalado durante la celebración de la eucaristía por un joven que declaró a la policía tras su detención: «me considero un anticristiano. La gente es ignorante porque el anticristianismo está en la Biblia. Va a llegar el día de la salvación pero los que tienen la marca son los únicos que se van a salvar», refiriéndose al número 666 que llevaba tatuado en el brazo izquierdo. Además de a un posible trastorno mental que estaba pendiente de diagnosticar, el abogado del agresor achacó este comportamiento a la pertenencia a CEG. La última noticia que ha originado una encendida polémica ha tenido lugar en Honduras, donde la secta pretende construir un gran templo junto al santuario de la Virgen de Suyapa. La oposición de la población no se ha hecho esperar, pues han visto este intento como una clara provocación.

Reacciones de las confesiones cristianas

Varios obispos católicos iberoamericanos han expresado su opinión sobre las actividades de CEG. William Delgado, obispo de Cabimas (Venezuela), afirmó hace tiempo respetar la libertad de culto, pero llamó a los fieles a mantenerse alerta ante la secta. El arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, ante la decisión del Gobierno salvadoreño de prohibir la entrada de Miranda en el país, señaló que le parecía «muy lógico porque no se trata sólo de algo religioso, sino que incluso es algo inhumano el planteamiento de esta secta». Y añadió que «es lógico que se defienda a la ciudadanía de esta agresión de personas poco cuerdas, pero además bastante maléficas».

El arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, ha llegado a decir que los seguidores de CEG «no están bien en su juicio, son seres humanos con problemas mentales y débiles espirituales». Por su parte, otro prelado hondureño, Luis Alfonso Santos (obispo de Copán), afirmó que «Miranda es un mentiroso y estafador. Su filosofía es contradictoria porque asegura que el pecado no existe, que las personas deben vivir a su antojo y no en el marco de la ley de Dios. Pero el pecado sí existe y por eso murió Jesús en la cruz». El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, llamó a los católicos nicaragüenses a no hacer caso al «Jesucristo hombre», y consideró que «estas cosas deben fortalecer nuestra fe, porque son cosas contrarias a nuestra fe».

El pastor evangélico venezolano Larry Martínez declaró a los medios en una ocasión que Miranda «contradice los mandatos de las Escritura. Lo que dice son puras barbaridades». Por otra parte, el pastor colombiano Rodrigo Muñoz, del Movimiento Misionero Mundial, consideraba que esta secta constituye «una farsa y un engaño que se está haciendo a la gente incauta que lo sigue». Para Mauricio Fonseca, presidente de la Alianza Evangélica de Nicaragua, el puertorriqueño no es más que «un mentiroso, falso y engañador», y por eso llamó a los cristianos evangélicos y católicos a leer la Biblia, para evitar caer en las manos de los «falsos profetas».

Para terminar

Afirma tener más de 100.000 seguidores en todo el mundo, algo difícil de calcular, debido a su ya comentada estrategia propagandística y proselitista. Sí es cierto que las emisiones de su programación están muy difundidas por toda América Central y del Sur, y que sus «centros educativos» y sus ministros de culto se multiplican por todos estos países. Aunque la actitud de los Gobiernos ante CEG es, como mínimo, preventiva, continúa presente en una treintena de naciones. El grupo está inscrito en España en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia desde el año 2005, con el número 841-SG/A.

Cabe repetir que no se trata de un grupo satánico que reivindique el culto demoníaco, sino que esta impresión en propia carne del número simbólico tomado de Ap 13, 18 (el «número de la bestia» de este libro bíblico) se refiere a la figura de Miranda frente al Jesús histórico. Por lo que éste no debe ser un motivo de temor. Sin embargo, como hemos podido ver, se trata de un grupo que rechaza profundamente a las Iglesias cristianas, e incluso ha protagonizado actos violentos. Están convencidos de que el nuevo «Jesucristo hombre» hará callar a los cristianos después de tantos siglos de falsedades y viene a enseñar a los hombres la verdad. En estos episodios recientes hemos podido ver la capacidad de convencimiento y movilización que tiene el líder, que con una sencilla consigna ha logrado que sus seguidores vayan en masa a los establecimientos apropiados para hacerse tatuajes. ¿De qué más es capaz este personaje? ¿Hasta dónde podrá hacer llegar a sus adeptos? Sus doctrinas tienen una potencialidad de riesgo real, que ya se ha traducido en agresiones.

Además de este riesgo, hay que tener en cuenta el caldo de cultivo de este grupo, que como tantos otros florecen y se extienden por Iberoamérica, en un contexto de pobreza y de fuerte religiosidad. De hecho, crecen y se multiplican grupos que defienden un evangelismo radical, normalmente de tipo pentecostal, y con no pocas connotaciones sectarias. Su lectura a la vez fundamentalista y manipuladora de la Biblia le lleva, al movimiento CEG, a conclusiones irracionales y tendenciosas. Las preocupaciones de las confesiones religiosas históricas y de las autoridades civiles están justificadas, sin duda. Otro dato importante es que, aunque de carácter eminentemente hispano, el movimiento está dirigido desde los EE.UU., algo bastante significativo: José Luis de Jesús Miranda rige desde allí los destinos de sus seguidores, y desde allí les trae la salvación en sus diversos viajes por los países del continente sureño.

Por último, hay que observar el tremendo potencial mediático del que goza este grupo. Por un lado, a nivel interno, ya usa diversos medios informativos, y en especial Internet. Por otro, a nivel externo la secta presume en su propia página web de aparecer en la prensa de todo el mundo, aunque sea de modo negativo. Lo importante es aparecer, y darse a conocer. Porque, por más extraños que parezcan -como hacen otros grupos sectarios-, la cuestión es ser tema de conversación y conseguir publicidad gratuita. Y lo han conseguido. Al menos, desde el punto de vista de la fe cristiana, el juicio negativo es claro: aunque te
ngan una indudable impronta cristiana, su lectura falsificadora de la Biblia, su dogmática inventada y sus prácticas extravagantes la sitúan fuera del ámbito del cristianismo, e incluso la alejan del pentecostalismo y de otras corrientes confesionales más fronterizas.

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ZENIT Staff

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