CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La «Caritas in veritate«, fue pensada por Benedicto XVI inicialmente para ser publicada hace dos años y conmemorar las cuatro décadas la «Populorum progressio» de Pablo VI, ha revelado uno de sus colaboradores en la redacción de la nueva encíclica.
Así lo dio a conocer este martes el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, el cardenal Renato R. Martino durante la rueda de prensa de presentación de este documento pontificio.
«La redacción de la ‘Caritas in veritate’ ha demandado más tiempo y así la fecha de los cuarenta años de la ‘Populorum progressio’ fue superada», aseguró el purpurado, quien advirtió que este hecho no le resta importancia al lazo que une a las dos encíclicas.
De hecho, el primer capítulo está dedicado a recapitular los planteamientos de Pablo VI en 1967 y a mirar, dentro del contexto de la caridad y la verdad, el tema del desarrollo, ya no visto como «desarrollo de los pueblos» sino como «desarrollo humano e integral».
El cardenal Martino aseguró que este hecho demuestra cómo el aporte de Pablo VI ha sido muy significativo para la doctrina social de la Iglesia, debido a la estrecha relación de su encíclica social con la constitución «Gaudium et spes» del Concilio Vaticano II y de toda la tradición anterior a este importante evento eclesial.
Señaló el purpurado que la perspectiva de Pablo VI no sólo es analizada por Benedicto XVI en el primer capítulo de su encíclica sino en todo el documento, en particular al asumir tres de las perspectivas de la encíclica escrita hace cuatro décadas.
La primera es la idea de cómo «el mundo sufre por falta de pensamiento», desarrollada por Benedicto XVI, articulando el tema de la verdad del desarrollo hasta subrayar la exigencia de una interdisciplinaridad ordenada en el saber y de las competencias a servicio del desarrollo humano.
Según el cardenal Martino, la segunda idea de Pablo VI es la del humanismo integral retomando la frase de Pablo VI que indica «No hay verdadero humanismo si no está abierto a lo absoluto» (n. 42).
El purpurado señaló, como tercera idea del planteamiento de Pablo VI, el tema del subdesarrollo, cuya raíz se encuentra en la falta de fraternidad. «También Pablo VI hacía un llamado a la caridad y a la verdad cuando invitaba a operar con todo el corazón y toda la inteligencia», dijo el cardenal.
Pablo VI escribió la «Populorum progressio» en 1967, dos años después de clausurado el Concilio Vaticano II. En ella el Papa define el desarrollo como el paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas (n. 20).
El fallecido pontífice se refirió al valor de la propiedad privada, condenó lo que impide la prosperidad colectiva y exhortó a una audaz reforma con programas de alfabetización, defensa de la familia y la vida.
También propuso la idea de crear un fondo mundial de lucha contra el hambre y recordó que para que exista verdadero desarrollo, es necesario superar dos obstáculos: el nacionalismo y el racismo. Señaló que estos flagelos pueden contrarrestarse con la vivencia de la caridad y la hospitalidad.
Por Carmen Elena Villa