WESTMINSTER, domingo, 26 de julio de 2009 (ZENIT.org).- "Dios no condena a nadie que no sea plenamente consciente de lo que está haciendo; su gracia es infinita", señala el obispo auxiliar de Westminster monseñor Bernard Longley, coordinador del Día por la Vida, que la Iglesia católica en Inglaterra y Gales celebra este domingo en torno al tema del suicidio. 

Con esta jornada, la Iglesia quiere destacar por qué vale la pena vivir, incluso cuando una persona ha perdido la esperanza y se suicida. 

También busca aclarar la doctrina católica sobre el suicidio y ayudar a reducir el número de mitos asociados con enfermedades mentales, la depresión y el suicidio. 

En un mensaje publicado con motivo de la jornada, monseñor Longley destacó que el "suicidio es un pecado grave", "pero una persona debe estar mentalmente sana para ser plenamente consciente de que está cometiendo un pecado". 

"Cuando una persona se suicida --continuó--, generalmente está tan ofuscada por la confusión y la desesperanza, que ha perdido el pleno control de sus facultades mentales". 

El prelado también asegura que "la Iglesia reza por los que se han quitado la vida". 

Los obispos han destacado que "la Iglesia cree que vale la pena vivir cada vida y ver las razones por las que la gente se plantea el suicidio, incluidas enfermedades mentales graves y posibles factores espirituales relacionados". 

También han valorado "el apoyo que los servicios profesionales pueden ofrecer y la ayuda esperanzadora para reducir el estigma demasiado a menudo asociado a las enfermedades mentales y la depresión".  

El lema de la jornada es la frase del libro de Isaías "Eres precioso a mis ojos", según informa la página web dedicada a la jornada. 

Más de 350.000 folletos se van a distribuir en las parroquias de Inglaterra y Gales este fin de semana en el marco de esta campaña.  

Las dimensiones pastorales de este tema tan difícil y sensible ocupan un lugar central en esta campaña de sensibilización. 

Como constató el obispo Longley, "aparte de en las Misas funerales, el suicidio es algo que no suele tratarse muy a menudo en las homilías o en la predicación". 

El Día por la Vida, que la Iglesia de Reino Unido celebra anualmente, fue iniciado por el Papa Juan Pablo II. 

En Escocia, se celebró el pasado 31 de mayo; en Inglaterra y Gales se celebrará este domingo, y en Irlanda, el próximo 4 de octubre. 

El pasado mes de marzo, los obispo católicos ingleses manifestaron, a través de una nota publicada en el Times, su oposición a la despenalización del suicidio asistido. 

Lo hicieron con motivo del debate, en el Parlamento británico, de una enmienda que proponía despenalizar la asistencia al suicidio en algunos casos, que ellos consideraban una "legalización encubierta de la eutanasia". 
 

Por Patricia Navas