SUCRE, viernes, 10 julio 2009 (ZENIT.org).- Con un mensaje, una eucaristía de clausura prevista para este viernes y momentos de confraternidad concluyó la XXIV Asamblea Nacional del Clero Diocesano de Bolivia, celebrada en el Seminario Conciliar San Cristóbal de la Arquidiócesis de Sucre, del 7 al 9 de julio.
Al final del día 9, leyeron el mensaje al pueblo de Dios Renán Aguilera y Milton Claure, secretario General y presidente del Clero nacional, respectivamente. En su mensaje abogan por el respeto a la vida y las raíces culturales y reafirman la opción por los pobres. Asistieron 180 sacerdotes de todas las Iglesias locales de Bolivia.
La capital vivió una intensa jornada de religiosidad el día 7 de julio con la inauguración de la Asamblea y la eucaristía celebrada por el nuncio apostólico en conmemoración de los 400 años de la Arquidiócesis de Sucre.
En el acto inaugural, el arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Pérez, expresó que el corazón de la Iglesia católica en el país sigue siendo Sucre y hoy se abre para brindarles el amor más profundo del Señor, «esperando que esta asamblea transcurra en el ámbito de la proclamación de la fiesta del año sacerdotal eclesial».
Monseñor Óscar Aparicio, obispo auxiliar de La Paz, y el sacerdote Milton Claure, presidente del Clero Diocesano, por separado, evocaron la consagración en el Señor y exhortaron a cultivar una vida espiritual en base al momento histórico actual para comprender mejor el rol de la Iglesia.
El cardenal de Bolivia Julio Terrazas, a su vez, expresó que el encuentro inicia con un alto sentimiento de esperanza en base a la fe comprometida, esperando que los sacerdotes renueven su servicio.
En su reflexión, Terrazas consideró que la Iglesia seguirá siendo «un instrumento de paz y de gracia» en busca de paz, justicia, amor y libertad para todos.
El nuncio apostólico, el arzobispo Giambattista Diquattro, que también participó de la Asamblea del Clero, realzó el acontecimiento en la catedral metropolitana con la celebración de una eucaristía consagrada a los sacerdotes del país.
Mñonseor Diquattro también hizo alusión especial a los 400 años de la Arquidiócesis de Sucre y los 200 años del Primer Grito Libertario de América.
El prelado presidió la eucaristía en compañía del pleno de arzobispos y obispos del país y el cardenal extendiendo oraciones y plegarias ante un importante marco humano de feligreses.
En su mensaje final al Pueblo de Dios, los sacerdotes de Bolivia, en primer lugar afirman: «Reafirmamos la opción por la vida, los pobres y la cultura».
A la luz de Aparecida, y bajo el lema de la misión permanente: «Discípulo misionero: escucha, aprende y anuncia», los sacerdotes diocesanos afirman escuchar «con nuestro pueblo el llamado a defender la vida como valor supremo, a salir de las condiciones de pobreza que contradicen el proyecto de Dios y a valorar y respetar nuestra riqueza cultural».
Además reconocen aprender «en comunidad que defender la vida, supone crear las condiciones necesarias para el desarrollo integral del ser humano, en un espacio de dignidad y respeto».
«Unidos a nuestras raíces culturales aprendemos nuestra corresponsabilidad en la preservación y cuidado de los recursos naturales como el don más precioso del amor de Dios», añaden.
Así mismo anuncian «con esperanza que la vida es un derecho natural y divino, que su defensa no depende de situaciones políticas o económicas» por ello quieren «ser un signo de que la igualdad económica entre las personas es posible».
Piden «a nuestros hermanos cristianos, que ejercen cargos políticos, a no tener miedo de vivir y testimoniar su fe en el Dios de la vida».
Expresan su esperanza de que «en el proceso eleccionario que se aproxima nos dejemos iluminar por los valores evangélicos, defendiendo la vida, optando por los pobres y respetando la cultura, para elegir responsablemente a nuestras autoridades nacionales y posteriormente departamentales».
En este sentido creen importante también «preservar los principios democráticos de tolerancia, respeto y libertad».
«Oramos, imploramos, pedimos y exigimos -añaden- que se respete la libertad de cada boliviano, rechazamos enfáticamente todo intento de manipulación y engaño con fines egoístas y mezquinos. Miremos el futuro con esperanza y seamos todos responsables para construir una Bolivia mejor».
Recuerdan que se celebra el año sacerdotal y se unen al pueblo, «reconociendo la grandeza de la opción vocacional en el ministerio sacerdotal», pero también, señalan, «sufrimos por algunos antitestimonios que empañan el ejercicio del ministerio, de lo cual pedimos con toda sinceridad y humildad el perdón de nuestro pueblo».
Invitan a todos sus hermanos a unirse a ellos «a través de la oración, para que podamos vivir la fidelidad a nuestro Señor Jesucristo de manera más coherente y auténtica».
Finalmente, dan gracias a Dios por los 400 años de vida arquidiocesana que celebra la Arquidiócesis de Sucre».
Por Nieves San Martín