BRUSELAS, jueves, 9 julio 2009 (ZENIT.org).- Cada año, miles de niños son víctimas de un tráfico criminal destinado a alimentar modernas formas de esclavismo, desde la explotación sexual a la extracción de órganos.
La alarma la ha lanzado la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA) de la Unión Europea, en un informe presentado este 8 de julio en Bruselas, en la que se centra la atención sobre todo en la desaparición de muchos niños en los centros de acogida activos en Europa.
Una noticia de la que se ha hecho eco el diario vaticano «L’Osservatore Romano».
Faltan todavía análisis o estadísticas suficientemente fiables sobre el fenómeno, pero ya según los datos oficiales -informa la agencia- la desaparición de los menores de las estructuras de acogida en los veintisiete estados miembros es un fenómeno muy difundido y los destinos son «en gran parte desconocidos».
Con toda probabilidad, se lee en el informe, los menores «acaban en manos de traficantes», aunque el problema permanece todavía «ampliamente ignorado» por culpa de «una grave falta de controles por parte de las autoridades de los estados miembros».
De ahí la necesidad de proponer normas mínimas para las estructuras de acogida encaminadas a prevenir la desaparición de los niños y su caída en las redes de explotación.
«Es menos probable que los menores desaparezcan si pueden establecer una relación de confianza basada en la oferta de educación a largo plazo y en la posibilidad de permanecer en el país que los acoge», explicó el director de la agencia Ue Morten Kjaerum.
Entre las buenas prácticas señaladas en el informe de la agencia de la UE, están las adoptadas en Italia, Hungría y Eslovenia donde está prohibida por ley la detención de menores en espera de expulsión. «Es inaceptable que los niños sean criminalizados o detenidos», se subraya en el texto.
Impresiona por último –destaca la agencia– el hecho de que en siete años, de 2000 a 2007, sólo hayan sido señaladas en cuatro estados miembros de la Unión condenas a responsables de trata de menores.
Por Nieves San Martín