LES COMBES, jueves 23 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pasado un momento divertido de sus vacaciones al encontrarse con niños en uno de sus paseos.
El encuentro tuvo lugar este miércoles por la tarde, cerca de la localidad Les Combes, donde se encuentra su residencia.
Según ha explicado en una declaración el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el grupo estaba formado por cinco niños acompañados por tres señoras.
Según se puede apreciar en las imágenes grabadas por el Centro Televisivo Vaticano, una de las madres le preguntó cómo va la muñeca y el obispo de Roma le respondió: "hace falta tiempo, se necesita paciencia".
Uno de los niños provocó la sorpresa del Papa al explicar que en el cercano Val di Rhemes, donde vive, este invierno se registraron seis metros de nieve.
"No puedo imaginarme seis metros de nieve. Son más elevados que una casa", respondió.
Este jueves, entre sus diferentes ocupaciones, el Papa ha estudiado "los documentos que le trajo el día anterior el cardenal Bertone sobre diferentes cuestiones", revela el portavoz.
Los periodistas habían escrito elucubraciones sobre el lugar y la fecha en que tendría lugar la próxima radiografía de su muñeca.
El padre Lombardi ha aclarado que este jueves el Hospital de Aosta ha llevado al Papa un aparato portátil, "que permitirá realizar un examen radiológico de control este sábado por la mañana".
"Además de los médicos vaticanos, los doctores Patrizio Polisca y Pierluigi Berti, estará presente obviamente el doctor Manuel Mancini, que operó al Santo Padre, y el profesor Vincenzo Sessa, director del departamento de Ortopedia del Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios (Fatebenefratelli) de Roma y colaborador especialista habitual de los servicios médicos vaticanos, quien seguirá desde el punto de vista ortopédico al Santo Padre a su regreso a Castel Gandolfo. De este modo se garantiza la continuidad en la asistencia médica".
Este viernes el Papa visitará la ciudad de Aosta para presidir en la tarde las vísperas en la catedral de la ciudad, junto a sacerdotes, religiosos y religiosas, dos representantes laicos de cada parroquia y representantes de las oficinas diocesanas de las organizaciones eclesiales.