LONDRES, jueves 3 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- Un fragmento del texto bíblico considerado el segundo más antiguo del mundo, el Codex Sinaiticus, fue encontrado por casualidad hace días en el monasterio de Santa Catalina, a los pies del Monte Sinaí (Egipto).
La noticia saltó hace dos días a los medios ingleses The Independent y Daily Telegraph, y ha tenido gran repercusión sobre todo en el mundo ortodoxo.
El autor del hallazgo, el estudiante griego de 30 años Nikolas Sarris, encontró el fragmento mientras investigaba en el monasterio, para sus estudios de doctorado, en obras manuscritas del siglo XVIII.
Da la casualidad que Sarris fue uno de los encargados de la edición on-line del Codex Sinaiticus, puesta en marcha el pasado mes de julio, por iniciativa de la Biblioteca Británica, la Biblioteca Universitaria de Leipzig y la Biblioteca Nacional de Rusia, así como del arzobispo ortodoxo del Sinaí, Damianos, y abad del Monasterio de Santa Catalina.
Esto le permitió reconocer en seguida el origen del fragmento, por el tipo de letras y la altura de las columnas. La parte hallada correspondería al inicio del libro de Josué, hallazgo que fue confirmado por el padre Justin, bibliotecario del monasterio.
El fragmento se encontró en la encuadernación del volumen, y según el padre Justin reveló a The Art Newspaper, es posible que haya más, aunque de momento el monasterio no cuenta con los medios tecnológicos necesarios para la investigación.
El Codex es una Biblia manuscrita, realizada entre los años 330 y 350, según la tradición, a petición del emperador Constantino. Se considera el segundo texto más antiguo del mundo, después del «Codex Vaticanus».
Sus fragmentos se hallan divididos en varias bibliotecas del mundo, después de que el teólogo alemán Constantin Von Tischendorf se llevara del monasterio un fragmento de 43 páginas, después divididos, por avatares históricos, entre Londres, San Petersburgo y Leipzig.