MADRID, viernes, 4 septiembre 2009 (ZENIT.org).- La crisis económica está dado origen a gestos múltiples de solidaridad, como el que acaba de tener lugar en Mallorca, donde Caritas Diocesana ha sido destinataria del compromiso de sus sacerdotes con las necesidades de las personas más vulnerables.
El obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui –informa Caritas España–, marcó a principios de año unas pautas de generosidad hacia los que más sufren la crisis económica y entregó a Caritas Diocesana 2.000 euros de los gastos ordinarios del día de su onomástica, al suprimir el refrigerio tradicional que se ofrece con ese motivo.
Tras ese primer ejemplo de austeridad y solidaridad, el obispo, juntamente con el Consejo Episcopal y Presbiteral de la diócesis, propuso a todos los sacerdotes de Mallorca, como gesto de solidaridad con las personas y familias que sienten cada día a flor de piel la dureza dramática de la crisis, ofrecer voluntariamente una parte de la paga extra del mes de julio.
Como resultado de esa acción se recogieron entre todo el clero insular más de 24.000 euros, que han sido donados a Caritas Mallorca para financiar las acciones de respuesta a la crisis a favor de las personas más vulnerables y excluidas.
Caritas ha agradecido este gesto de los sacerdotes diocesanos que, como señala la institución, «son expresión de compromiso con los pobres de hoy» y «dignifica a un colectivo que a menudo calladamente trabaja al servicio de la caridad».