ROMA, viernes, 4 septiembre 2009 (ZENIT.org).- Caritas Internacional se ha unido a otras agencias humanitarias confesionales y líderes religiosos en un llamamiento a la acción para acabar con la corrupción global.
En una carta al secretario general de Naciones Unidas, unos 50 líderes religiosos y directores de agencias confesionales afirman que la corrupción es la mayor causa de pobreza en los países en desarrollo y la mayor barrera para superarla. Afirman que tanto los países ricos como los pobres tienen responsabilidad para acabar con ella.
En 2003, la Asamblea General firmó la Convención de la ONU Contra la Corrupción (UNCAC). Fue el primer tratado global hecho nunca que proporciona un marco para armonizar los esfuerzos mundiales contra la corrupción.
Esta semana el Grupo de Trabajo de la UNCAC se reúne en Viena, Austria, para examinar el progreso con vistas a una cumbre que tendrá lugar en Doha, en noviembre.
Unos 50 líderes religiosos y presidentes de organizaciones confesionales, incluyendo a la secretaria general de Caritas Internacional Lesley-Anne Knight hicieron un llamamiento a los delegados que trabajan en la revisión para que la UNCAC pase de un esfuerzo bien intencionado a ser un instrumento efectivo para eliminar la corrupción.
En la carta al secretario general de la ONU Ban ki-Moon, el grupo afirma: «La corrupción está en el centro de la experiencia de pobreza de la gente. Para las comunidades pobres, las prácticas corruptas son una barrera infranqueable para la educación de calidad, atención sanitaria asequible y medios de vida dignos. La corrupción arrebata oportunidades y esperanza».
Dos elementos esenciales para un consistente y creíble mecanismo de revisión son la transparencia y la participación de la sociedad civil.
La carta afirma: «Un mecanismo de revisión fundado en los principios de transparencia y participación de la sociedad civil, enviará una clara señal a las comunidades pobres de que aquellos a los que han confiado el poder y la responsabilidad, están dispuestos y deseosos de acabar con el flagelo de la corrupción para beneficio de todos».
Otros firmantes de la carta son el obispo Francisco Joao Silota de Chimoio, Mozambique; el arzobispo Eliud Wabukala, Iglesia Anglicana de Kenia; el doctor Mustafa Ali, secretario general del Consejo Africano de Líderes Religiosos-Religiones por la Paz; el obispo John Rawsthorne de Hallam, Inglaterra y Gales; y el rabino Jonathan Wittenberg, rabino senior de la Asamblea de Sinagogas Masorti.
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Por Nieves San Martín