SYDNEY, miércoles 16 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- Recogiendo el desafío lanzado por el Papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud, en verano del año pasado, los obispos australianos invitan a los jóvenes la luchar por la justicia social como parte de su testimonio cristiano.
Así lo afirmó hoy monseñor Anthony Fisher, obispo auxiliar de Sydney, en la presentación oficial del documento «Y seréis mis testigos. Los jóvenes y la justicia» (And You Will Be My Witnesses. Young peple and justice) de la Conferencia Episcopal Australiana, para el Domingo por la Justicia Social (Social Justice Sunday 2009), que se celebrará en el país el próximo 27 de septiembre.
Los obispos han querido así recoger el desafío a los jóvenes planteado por Benedicto XVI en Sydney: «¿Qué dejaréis a la próxima generación?… ¿Qué legado dejaréis a los jóvenes que vendrán después?»
Según monseñor Christopher Saunders, obispo de Broome y presidente del Consejo de Justicia Social Católico, la pasada Jornada Mundial de la juventud supuso «una oportunidad para los jóvenes y para todos nosotros» de ser «agentes de esperanza y de paz».
Para los prelados, en Sydney «pasó algo especial» y, en especial para los jóvenes australianos, un antes y un depués.
«Somos testigos de vuestra pasión y compromiso en los asuntos de justicia social, y vuestra preocupación por vuestras hermanas y hermanos en Australia y en otros lugares, que sufren las plagas de la pobreza, la guerra, la explotación y la persecución», afirma el mensaje.
Los obispos se remiten a esa experiencia para proponer un mayor compromiso por la justicia a los jóvenes, como parte de su testimonio cristiano: «Cuando afrontéis este reto y consideréis cómo responder, estad seguros de que no estáis solos».
«Generaciones de jóvenes han respondido a la llamada de ser una fuerza de justicia social en nuestro mudno», afirman, recordando la obra social de Caroline Chisholm hacia los inmigrantes, de la beata Mary MacKillop con sus escuelas y orfanatos, de Eileen O’Connor hacia los pobres, todas ellas cristianas asutralianas.
El Papa, a su llegada a Sydney, recuerdan los obispos, habló de las injusticias cometidas contra los aborígenes australianos, de los enfermos y marginados, de los inmigrantes y del respeto a la libertad religiosa.
«El Santo Padre subrayó que la auténtica paz se basa en la verdad, y de que nuestro impulso por la justicia y la paz nos hace sedientos de la verdad y la virtud».
«¡Estad atentos! ¡Escuchad! A través de la disonancia y de la división de nuetsro mundo, ¿podéis oir la voz concordante de la humanidad? Del niño desamparado en un campo de Darfur, o un adolescente con problemas, o un padre ansioso en cualquier suburbio, o quizás incluso ahora en lo profundo de vuestro propio corazón, surge en mismo grito humano de reconocimiento, de pertenencia, de humanidad…»
«Enriquecidos por los dones del Espíritu, tendréis el poder de ir más allá de las visiones parciales, de la utopía vacía, de lo fugaz, para ofrecer la coherencia y la certeza del testimonio cristiano», añaden los obispos.
Especialmente, los prelados insistieron en la necesidad de ayudar desde la Iglesia a los jóvenes aborígenes, muchos de los cuales viven situaciones de marginación en la sociedad australiana.
Más información: www.socialjustice.catholic.org.au