CIUDAD DEL VATICANO, martes 3 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Las leyes que permitan facilitar la ciudadanía a los inmigrantes residentes en Italia que cumplan con todos los requisitos para estar en el país van “por el camino de la integración”, según dijo hoy monseñor Agostino Marchetto, secretario del Pontificio consejo para la pastoral de los inmigrantes.
El prelado intervino hoy durante una rueda de prensa en la Santa Sede, en la que fue presentado el VI Congreso Mundial para la pastoral de inmigrantes y refugiados, con el tema “Una respuesta pastoral al fenómeno migratorio en la era de la globalización”.
Monseñor Marchetto señaló que, lamentablemente, algunas iglesias locales no han cumplido con las propuestas que plantea la instrucción Erga migrantes caritas Christi, publicada hace cinco años por este dicasterio, y cuyos textos serán los puntos de reflexión en este congreso.
Frente a esta denuncia, un periodista preguntó a monseñor Marchetto en qué casos concretamente veía que algunas diócesis ignoran dicho documento.
“Cuando invitamos a que haya comisiones que se ocupen de la pastoral migratoria y vemos que en muchas partes no las hay”, respondió monseñor Marchetto.
También afirmó haber visto que en varias diócesis “el aspecto pastoral es absorbido por el aspecto social”, y aseguró que para evitar que esto ocurra “es necesaria una pastoral específica de la movilidad humana”.
Ciudadanía
Otro periodista preguntó durante la rueda de prensa sobre la propuesta de ley que busca acortar el tiempo para obtener la ciudadanía italiana a los extranjeros que cumplan con los requisitos que exige el Estado.
El presidente del Pontificio Consejo para la pastoral de inmigrantes e itinerantes, monseñor Antonio María Vegliò, se mostró favorable a esta propuesta: “no entiendo por qué ellos (los extra comunitarios) no pueden tener la ciudadanía italiana”.
“Aquí en Italia tenemos cerca de 4,5 millones de inmigrantes, gente que trabaja, paga los impuestos y ayuda a aumentar la riqueza del país”, aseguró.
“Los niños estudian en nuestras escuelas y no entiendo por qué no deben ser integrados completamente si respetan las leyes y observan las reglas”, concluyó monseñor Vegliò.
[Por Carmen Elena Villa]