ESTRASBURGO, domingo 8 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El Foro italiano de Asociaciones Familiares ha mostrado su total desacuerdo con un documento presentado por la británica Christine McCafferty, al Parlamentary Assembly of Council of Europa (PACE) de Estrasburgo en el que se piden una serie de medidas para reducir y seleccionar los nacimientos.
Las asociaciones familiares consideran que se trata de «políticas neomalthusianas de control demográfico», y manifestaron su «rotundo rechazo» hacia ellas.
Con motivo de la presentación de un informe (documento 11992 del 05-08-09), relativo a la aplicación de los planes de control demográfico puestos en marcha en la Conferencia de la ONU en El Cairo(1994), por parte de Christine McCafferty el pasado 5 de agosto al Social, Health a nd Family Affairs Committee del Consejo, el Foro ha hecho pública una carta de rechazo.
Esta carta, dirigida a Maud de Boer-Buquicchio, secretaria general del Consejo de Europa, y ha sido puesta en conocimiento de todos los parlamentarios italianos.
En las carta se explica que la salud procreativa comprende el conjunto de intervenciones preventivas y terapéuticas destinadas a la promoción de las condiciones físicas, psíquicas, socioeconómicas y ambientales óptimas para la concepción, el embarazo y el nacimiento.
En cambio, el término ambiguo de «salud reproductiva», unido al de «derechos reproductivos» (para indicar el acceso a la contracepción, el aborto seguro, la esterilización y la fecundación artificial) introducido en las Conferencias Internacionales de la ONU, ha traído una mentalidad antivida y antipersona, que ha penetrado ya también en las resoluciones de los países europeos.
«Nuestro desacuerdo y nuestras preocupaciones – explica Francesco Belletti, presidente del Foro – nacen de las siguientes consideraciones: la filosofía subyacente al documento es neo-malthusiana (§ 33-37), por lo que la lucha contra la pobreza se realiza eliminando las bocas que alimentar. La fecundidad humana y el crecimiento de la población son «una amenaza a la salud humana, el desarrollo social y económico, y el medio ambiente» (§ 33)».
El documento presentado está orientado a:
– financiar ONGs para la planificación de la natalidad (§ 54).
– promover el aborto («nuevos medios» de control de los nacimientos) y su legalización a través de:
a) la promoción – debida a los Estados – del concepto de «derechos reproductivos»,
b) la oferta de garantía de que el aborto se realice de forma segura, pidiendo a los Estados miembros que legislen al respecto (derecho a tener un aborto seguro).
c) como derecho reproductivo, en general
d) como instrumento de control de los nacimientos: en el sentido de la planificación familiar (§ 26).
e) en el sentido de control de crecimiento de la población (aborto seguro y «contracepción de emergencia»), cfr. sumario inicial.
f) a través de financiaciones públicas (§ 20 y otros)
– introduce y reproduce sistemática y programáticamente los términos clave de «derechos sexuales y reproductivos» del IPPF (International Planned Parenthood Federation).
Quiere obligar a los Estados miembros (§ 16) a emprender acciones para los «derechos reproductivos».
Intercepta y tiende a modificar, alargándola – entrando en el ordenamiento jurídico reservado a un estado miembro (Italia) – la Ley 40/2004, a propósito de la disponibilidad a cualquiera para acceder a las técnicas de cura de la infertilidad (§41).
Dedica más párrafos a la «no discriminación de género». Expropia a la familia de cualquier rol educativo en el campo sexual y reproductivo, atribuyéndolo a la escolarización y a los servicios públicos. Contradice, planificando el control de la población, los objetivos de recuperación de la fecundidad en Europa.
[Por Angela Maria Cosentino, traducción del italiano por Inma Álvarez]