Concluye en el Vaticano la Semana de la Astrobiología

Se habla de vida en otros planetas

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 10 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- ¿Qué pasaría si finalmente se encuentra vida en otros planetas? La pregunta fue planteada esta mañana al padre José Gabriel Funes S.I., director del Observatorio Astronómico Vaticano durante una rueda de prensa en la que se dieron a conocer las conclusiones de la semana de la Astrobiología.

«Sucedería a la humanidad lo mismo que sucedió cuando los europeos encontraron otras poblaciones», respondió el padre Funes.

«Podemos también imaginar qué pudieron haber pensado las personas nacidas en América cuando se encontraron con los europeos. Sería también un encuentro de culturas y civilizaciones», aseguró el presbítero.

La semana de la Astrobiología concluyó este martes, fue organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias y por el Observatorio Astronómico Vaticano.

La Astrobiología estudia la relación entre la vida y el universo: centra su mirada en temas como el origen de la vida, sus perspectivas futuras, así como la eventual presencia de forma de vida en otros planetas.

«Este es un tema muy apropiado para la Academia, que tiene miembros de varias disciplinas, ya que es un campo que combina la investigación interdisciplinar, principalmente la astronomía, la cosmología, la biología, la química, la geología y la física», aseguró en su intervención el padre Funes.

Una materia que habla no sólo sobre el origen de la vida sino que plantea preguntas como la vida en otros lugares del universo: «estos interrogantes ofrecen implicaciones filosóficas y teológicas sin embargo la reunión se centró en las perspectivas científicas», aseguró el presbítero.

Una ciencia del futuro y del presente

Por su parte el profesor Jonathan Lunine, del departamento de Física de la Universidad de Tor Vergata en Roma, destacó la importancia de esta semana académica en Roma, la cual ha representado «una oportunidad especial para los científicos de diferentes disciplinas para entender cómo el trabajo en esta especialidad particular puede causar un impacto o puede recibir el impacto de otras áreas».

Lumine aprovechó para ilustrar también el actual horizonte de la Astrobiología: «Es cada vez más claro que el clima de la tierra no ha sido particularmente estable en este tiempo, y las grandes crisis ambientales que han ocurrido están documentadas en el registro geológico».

Esta rama de la ciencia se ha encargado de estudiar cómo la vida ha respondido a esto y qué implicaciones pueden tener estos cambios sobre otros planetas, aclaró el físico.

Una posibilidad cada vez más cercana

Por su parte la doctora Athena Cosutenis, astrónoma del observatorio de París, se refirió a los elementos esparcidos en el universo que son compatibles con la vida. Recordó que bajo la superficie satelital de Europa, en el sistema de Júpiter, puede haber una presencia de gran cantidad de agua en estado líquido. En este océano podrían existir diversas formas de vida.

Señaló que en Marte hay dos satélites que despiertan un interés particular para los astrobiólogos. Se encuentran en el sistema de Saturno y son Titano y Encelado. Titano presenta características similares a las de la tierra y Encelado parece ofrecer condiciones adaptas para la vida, aseguró la profesora Cosutenis.

El profesor Chris Impey, del departamento de astronomía de la Universidad de Arizona, se refirió a los grandes descubrimientos de la Astrobiología en los últimos 15 años: «los avances tecnológicos han llevado al descubrimiento de unos 400 planetas fuera del Sistema Solar. El más pequeño de ellos no dista mucho de la Tierra».

«Mientras tanto, los experimentos de laboratorio han hecho progresos en el seguimiento de procesos con simples ingredientes químicos que podría haber evolucionado en las células de alrededor de cuatro mil millones de años y los científicos han descubierto vida en ambientes inhabitables de la Tierra sorpresivamente diversos», aseguró.

«Mientras los científicos se reúnen para discutir el progreso en la Astrobiología, nosotros todavía conocemos sólo un planeta con vida: el nuestro. Pero hay una palpable expectativa de que el universo alberga vida y hay esperanza de que el primer descubrimiento esté a sólo unos años de distancia», concluyó el profesor Impey.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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