CIUDAD DEL VATICANO, lunes 16 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El sábado concluyó la 28ª plenaria del Consejo Pontificio Cor Unum, el organismo vaticano instituido por el Papa Pablo VI en 1971 dedicado a coordinar las iniciativas de las instituciones caritativas católicas.
La asamblea, iniciada el 12 de noviembre pasado, tuvo lugar en Roma en torno al tema “Procesos formativos para los agentes de la caridad”.
Estuvieron representadas las diócesis, Caritas y organizaciones internacionales de ayuda y de asistencia de los cinco continentes.
Por parte de los responsables de las actividades caritativas de la Iglesia -afirma un comunicado de Cor Unum– han emergido dos indicaciones fundamentales: “el objetivo último de nuestro trabajo es el testimonio cristiano a través de las obras de ayuda para los más pobres, pero dar testimonio de Cristo implica haberlo encontrado primero”.
En segundo lugar, “para educar es necesario ser continuamente educado, de lo contrario, en el proceso formativo de los agentes de caridad, se corre el riesgo de hacer propia las prioridades fijadas por otras instancias internacionales ajenas a la Iglesia, cuando ésta no puede silenciar su propio fundamento de fe”.
Las reflexiones de la asamblea han seguido la indicación del Papa Benedicto XVI que, en su encíclica “Deus caritas est” ha destacado la importancia de la “formación del corazón”.
“Hasta ahora, la reflexión sobre la lucha contra la pobreza se centraba sólo en la perspectiva de los objetivos a perseguir en el compromiso caritativo”, ha destacado el presidente de Cor Unum, el cardenal Paul Josef Cordes.
Según el purpurado, “ahora queremos superar esta limitación y concentrarnos en la calidad humana y espiritual de todos los que trabajan en las agencias caritativas católicas, ya sean profesionales o voluntarios”.