CIUDAD DEL VATICANO, domingo 29 noviembre 2009 (ZENIT.org).- Los enfermos de sida deben poder experimentar el consuelo de Dios, afirmó este domingo Benedicto XVI hablando del Día mundial contra el sida, que se celebra este martes 1 de diciembre.
“Mi pensamiento y mi oración se dirigen a toda persona afectada por esta enfermedad, en particular a los niños, a los más pobres, a los que son rechazados”, afirmó el Papa al concluir la oración a María.
“La Iglesia no cesa de luchar para combatir el sida, a través de sus instituciones y del personal dedicado a ello”, recordó.
El Santo Padre exhortó “a todos a dar su propia contribución con la oración y la atención concreta, para que los que están afectados por el virus VIH experimenten la presencia del Señor que da consuelo y esperanza”.
Y concluyó: “Auspicio finalmente que, multiplicando y coordinando los esfuerzos, se llegue a detener y erradicar esta enfermedad”.
Según datos del Informe 2008 de UNAIDS, el programa conjunto de la ONU sobre el VIH y el sida, el año pasado, el sida causó la muerte de dos millones de personas.
Además, se estima que más de 33 millones de personas están afectadas por el virus VIH (de las cuales 2,5 millones son niños), y cada año hay al menos dos millones y medio de nuevos contagios.