Un nuevo land alemán reconoce la contribución de las escuelas católicas

Baja Sajonia, cuyo ministro-presidente era el nuevo presidente federal alemán

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 9 julio 2010 (ZENIT.org).- El estado de Baja Sajonia se ha convertido en uno de los lands alemanes que han querido reconocer a través de un concordato con la Santa Sede la contribución que ofrecen las escuelas católicas.

El 28 de junio, en la sede de la Nunciatura Apostólica de Berlín, el nuncio apostólico en Alemania, el arzobispo Jean-Claude Périsset, y Christian Wulff, entonces ministro-presidente  del land de Baja Sajonia (Niedersachsen, en alemán), que acaba de ser elegido presidente de la República Federal Alemana, intercambiaron los documentos de ratificación del Acuerdo.

El acuerdo había sido firmado el 6 de abril de 2010 para modificar el párrafo sexto del anexo al concordato entre la Santa Sede y Baja Sajonia de 1965 y reglamentar la posición jurídica de algunas escuelas católicas gestionadas por las diócesis de  Hildesheim, Osnabrück y Münster en el mismo land.

Sentido de los concordatos

La Santa Sede firma concordatos con los estados con el objetivo de garantizar la libertad religiosa de los ciudadanos de los distintos países.

Un concordato, como acuerdo entre las autoridades civiles y eclesiásticas sobre temas que les conciernen mutuamente, es un contrato internacional que vincula jurídicamente a las partes y que garantiza el derecho a la libertad religiosa y de culto de los católicos en los diferentes países.

Puede tratar de materias mixtas o específicas, tales como la asistencia religiosa a las fuerzas armadas, el matrimonio, la escuela católica, etcétera.

La Santa Sede ha estipulado convenciones con Estados o con sociedades políticas desde tiempos antiguos.

Estos tipos de colaboración han recibido diferentes denominaciones: concordato -sollemnis conventio, capitula concordata, pacta conventa-, convención -conventio, modus vivendi-, acuerdo -concordia- o protocolo, en el sentido de acuerdo parcial más simple, entre otros.

En las estipulaciones, el Papa -o su plenipotenciario- no actúa como soberano de la Ciudad del Vaticano, sino como cabeza de la Iglesia Católica (Santa Sede) con el fin de dar un carácter estable y jurídico a la cooperación entre autoridad religiosa y autoridad civil.

La Santa Sede ha desarrollado colaboraciones bilaterales y multilaterales para conseguir una concordia cultivada con el diálogo y orientada al bien común.

En la mayoría de ellos, se garantiza que la Iglesia pueda gozar de libertad religiosa y de la necesaria autonomía que requiere su misión.

Actualmente la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 178 Estados. A ellos hay que añadir la Unión Europea, la Soberana Orden Militar de Malta y una Misión de carácter especial: la Oficina de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

El Papa nombrará próximamente un representante no residente de la Santa Sede ante Vietnam, como primer paso para profundizar las relaciones entre ambos Estados, según acordó el grupo conjunto de trabajo Vietnam-Santa Sede entre  los días 23 y 24 de junio.

Todos estos pactos internacionales constituyen el testimonio del reconocimiento internacional del papel moral, cultural, social y religioso que la Iglesia Católica desarrolla en el mundo.

     

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ZENIT Staff

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