BOGOTÁ, miércoles 7 de julio de 2010 (ZENIT.org) Se realizó en Bogotá los días 1 y 2 de julio el congreso con el lema “Presencia de la Iglesia en doscientos años de Independencia”, y organizado por la Conferencia Episcopal Colombiana.

El evento académico se celebró con motivo de los 200 años de la independencia en este país que se cumplen el próximo 20 de julio.

Por medio de ponencias magistrales, paneles de estudio y diálogo entre los asistentes y los ponentes, obispos, sacerdotes, religiosos, profesores de historia, docentes universitarios, entre otros hicieron memoria del papel y aporte de la Iglesia en el hecho histórico independentista y de su incidencia en la construcción del país.

Durante la presentación de este evento, monseñor Juan Vicente Córdoba, secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, en un mensaje que envió a los participantes recordó la participación de la Iglesia Católica en la lucha por la Independencia: “Cuando el grito de los firmantes del acta de Independencia 26 eran clérigos, al igual que los demás estados y provincias. En la cimentación y desarrollo de la patria. Próceres y gestores de la independencia estudiaron en colegios católicos”, dijo el Prelado.

También resaltó “el hecho de exponer la propia vida, pues registramos el fusilamiento de un sacerdote y la muerte de muchos por enfermedades al ser recluidos en cárceles o al haber sido maltratados y torturados. Y qué no decir de los expulsados y peligrosos para el régimen realista”

Igualmente calificó como “injusto” el hecho de que a veces la historia “margina a la Iglesia de estos patrióticos procesos”, así como “la falta de objetividad, rigor científico y lucha por la verdad que son los mínimos requisitos que se le piden a un historiador serio”.

Subrayó además, de parte de la Iglesia el “rol claro de consolidación de identidad, de patria y de principios cristianos de solidaridad, justicia, paz, equidad, libertad, trabajo y servicio”.

Por su parte, el nuncio apostólico en Colombia monseñor Aldo Cavalli destacó la importancia de la historia y su relación con el conocimiento adquirido a través de la investigación permanente. "Este Congreso debe ayudarnos a comprender la historia y la manera de anunciar el Evangelio, dentro de la historia que cambia. Esto nos permitirá saber y entender dónde estamos y a dónde vamos”, aseguró el Prelado.