CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 14 de julio de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha enviado un mensaje a monseñor Giulio Jia Zhiguo, obispo legítimo, aunque clandestino de la diócesis de Zhengding, en la provincia de He Bei, en China continental, para manifestar la alegría de Bendicto XVI por su liberación el julio.
El obispo fue liberado después de 15 meses de detención. De hecho, ha sido la decimotercera vez que es detenido desde el año 2004. En estas detenciones, es segregado y sometido a adoctrinamiento político para que pase a formar parte de la Asociación Patriótica Católica, la organización del Partido Comunista que quiere erigir una iglesia nacional sin relación con la Santa Sede.
En su carta al prelado, el cardenal Dias confiesa: «he recibido con mucho gusto la noticia de que Su Excelencia ha regresado a su sede. La noticia me llena de alegría. El Santo Padre le envía a usted y a sus fieles una especial Bendición Apostólica».
Según fuentes de la agencia AsiaNews, la última detención del obispo quería «acaba con las intenciones del Vaticano de reconciliar a la Iglesia ‘oficial’ [reconocida por el Partido Comunista] y la clandestina de Hebei, la región con el mayor número de católicos».
Monseñor Jia, de hecho, ya se ha reconciliado con monseñor Jang Taoran, obispo de Shijiazhuang (Hebei), la diócesis «oficial». Los dos obispos se han reunido en varias ocasiones y han comenzado a promover un plan pastoral común, pero cuando la Asociación Patriótica lo descubrió les ha prohibido reunirse y les ha puesto bajo el control de la policía de día y de noche.
Según algunos fieles locales, la policía habría dicho a monseñor Jia Zhiguo que la unidad entre los dos obispos «es mala, pues es querida por una potencia extranjera, el Vaticano. Si debe haber unidad, debe tener lugar bajo el gobierno de la Asociación Patriótica».