CARACAS, jueves 15 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Siguen en Venezuela los ataques a la Iglesia católica y al cardenal Jorge Urosa Savino. La Asamblea Nacional emitió este miércoles un pronunciamiento y el presidente Chávez reiteró sus insultos contra el purpurado. Numerosos venezolanos han expresado en cambio su solidaridad con la Iglesia y el cardenal Urosa.
En su pronunciamiento, la Asamblea Nacional rechaza declaraciones del cardenal Urosa en las que alude al marxismo del gobierno.
“Las declaraciones del Cardenal Urosa –afirma el pronunciamiento—, reiterativas y repetitivas de la oposición, representan una nueva agresión de la jerarquía de la Iglesia Católica en contra del pueblo, del Estado y de los Poderes Públicos de la República Bolivariana de Venezuela, y podrían considerarse una intromisión”.
Añade que la reciente declaración de la Conferencia Episcopal, de 12 de julio, “unida a la firma del decreto del golpe de Estado del 12 de Abril de 2002, que erigió como gobernante de facto a Pedro Carmona Estanga, así como su comportamiento histórico contra el pueblo, constituyen la prueba más fehaciente del rol de interlocutores políticos, asumido por los altos jerarcas de la Iglesia Católica Venezolana”.
El pronunciamiento se extiende en una serie de acusaciones a la Iglesia católica en general y denuncia “a esta oligarquía eclesial que, vinculada con los sectores fascistas de la oposición venezolana, pretende seducir a través de la mentira al pueblo cristiano, al pueblo venezolano, para provocar una salida violenta y de facto al proceso revolucionario, democrático y de transformación, que desde hace 11 años se esta construyendo entre el pueblo y el Comandante Presidente Hugo Chávez, rumbo hacia el Socialismo Bolivariano”.
Y rechaza “categóricamente los ataques del señor Urosa Savino, así como de los miembros de la Conferencia Episcopal, por constituirse en manifiesta intromisión en asuntos políticos, así como agresiones contra los Poderes Públicos del Estado”.
Este miércoles el presidente de Venezuela pidió a la Cancillería evaluar el “convenio vigente” con el Vaticano, por considerarlo portador de privilegios para la Iglesia Católica sobre otras religiones. Según el mandatario, el instrumento suscrito con la Santa Sede en 1964 viola la Constitución.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) llamó a que cese la polémica, a raíz de las declaraciones reiteradas del presidente Chávez llamando “troglodita” al cardenal Urosa. Monseñor Diego Padrón, arzobispo de Cumaná, leyó este lunes las conclusiones en las que los obispos reiteran su deseo de dar por finalizado el intercambio verbal entre Urosa y distintos portavoces del Ejecutivo. “El cardenal quiere terminar con ese dilema. Tenemos que pasar la página y lograr entendernos a pesar de las diferencias de ideas”, dijo. Hizo un llamamiento a las autoridades a “deponer la actitud de confrontación”.
Ante estas agresiones a la Iglesia católica y al cardenal Urosa, numerosos venezolanos han expresado su apoyo a la institución eclesial.
Al recibir por parte de diversas personalidades su apoyo al cardenal Urosa, el obispo de Margarita, Jorge Aníbal Quintero, dijo que el Episcopado venezolano decidió no responder a las descalificaciones oficiales. Manifestó que la Iglesia sólo busca la paz y tranquilidad en los pueblos y para lograrlo necesita dialogar. El obispo lamentó que los diputados nacionales hayan usado un vocabulario fuerte contra el cardenal Urosa.
El ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Luis Ugalde, apoyó y suscribió las palabras del cardenal Urosa. “Quiero decir que estoy totalmente de acuerdo con que el cardenal haya hablado sobre el peligro de la vía a la que quiere llevar el gobierno que es el comunismo, simplemente reconoce lo que ha dicho el Presidente, que tenemos que ir al mar de la felicidad del comunismo cubano, el cardenal no ha inventado absolutamente nada”, dijo el rector de la UCAB.
También apoyaron al cardenal los sacerdotes caraqueños, a través de una misiva firmada por los miembros del Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Caracas. “Lamentamos y rechazamos profundamente que el Presidente de la República, presidente de todos los venezolanos, utilice los medios de comunicación (…) para ofender y exponer al escarnio público a un ciudadano venezolano, ampliamente conocido a nivel nacional e internacional por su trayectoria cívica, como arzobispo de Caracas y luego como cardenal de la Iglesia Católica”, dicen los presbíteros.
El presidente del Centro Internacional de Formación Artística Arístides Calvani (Ifedec), Eduardo Fernández, rechazó las declaraciones del presidente Chávez y pidió respeto hacia la Iglesia Católica.
Fernández considera que “la Iglesia no puede dejar de hablar de los problemas que tienen que ver con la gente”. Manifestó preocupación por la posición tomada por la Asamblea Nacional ante este tema.
También expresaron un enérgico rechazo a los ataques al cardenal las representantes femeninas de algunos partidos de la Unidad Democrática. “La Asamblea Nacional, en lugar de legislar sobre los graves problemas que aquejan al país, se unió al coro de ataques despiadados contra el purpurado de la Iglesia católica”, señaló Sonia Blanco, del Frente Nacional de Mujeres.
Coincide con ella la candidata a diputada a la Asamblea Nacional Rosaura Sanz, para quien desde el Parlamento, “en lugar de pretender hacer un circo romano interpelando a Urosa, deben estar investigando a fondo a los responsables del desaguisado de la comida que por cientos de toneladas se pudrió en los puertos venezolanos”.
Para la dirigente nacional de Un Nuevo Tiempo, Yenni De Freitas, en nombre del Movimiento de Mujeres por la Democracia Social la arremetida contra el cardenal y contra la Iglesia católica se debe a que Venezuela dejó de ser democrática, plural y libre para ser un país comunista.
Según la diputada del Bloque Democrático, Beatriz Mora, Chávez quiere “cardenales arrodillados que callen y estén con el proceso”. “Todo el tiempo nos asombramos por los continuos ataques del Gobierno a la Iglesia Católica, pero para nadie es un secreto que la Iglesia representa una barrera sólida para el comunismo y por ello el ataque frontal del Presidente”, declaró.
“Exigimos respeto para el cardenal y para todos los venezolanos, usted Presidente es empleado de todos los venezolanos que vivimos en este país, no su dueño, nos solidarizamos con Jorge Urosa Sabino”, aseveró Tomás Guanipa, dirigente nacional del partido Primero Justicia.
El gobernador de Zulia, Pablo Pérez dijo: “No está ofendiendo al cardenal Urosa, está ofendiendo a una institución tan importante como la Iglesia, que tiene miles de años y que le ha dado satisfacciones espirituales a miles de personas en el mundo”.
La asociación Mujeres por la Libertad rechazó los ataques “virulentos” y los insultos inaceptables contra el cardenal Urosa, quien “se ha dirigido como le corresponde hacerlo a la comunidad cristiana denunciando respetuosa pero contundentemente la violación de la Constitución en que a diario incurre el presidente Chávez”.
“Ningún Gobierno previo al de Hugo Chávez en la historia de Venezuela, se atrevió a insultar a la Iglesia católica como institución o a alguno de sus miembros, una desagradable costumbre del primer mandatario hacia los sectores opositores en la sociedad”.
“Ni siquiera durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, cuando se expulsó al obispo de Valencia, se llegó al límite de descalificar a los miembros de la institución eclesiástica”, explicó el historiador y escritor Guillermo Morón. No duda en afirmar que “cuando la Iglesia habla, los gobiernos tiemblan, pero nunca se habían atrevido a insultar a la Iglesia y
menos con mentiras”.
Representantes de distintas instituciones de la ciudad de Valencia se reunieron este martes para expresar su solidaridad con el cardenal Urosa. El encuentro fue organizado por la Sociedad de Amigos de Valencia, con el propósito de exponer el sentir del pueblo católico de esta ciudad.
En el salón Centenario del Colegio de Abogados del Estado Carabobo, se resaltó la labor del cardenal durante sus más de 60 años en el sacerdocio. Al cardenal Urosa se le asignaron los calificativos de “guía” y “hombre que ilumina”.
Por Nieves San Martín