CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 18 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Las nuevas «Normas sobre los delitos más graves» reservados a la Santa Sede constituyen una respuesta eficaz y duradera de la Iglesia, considera el portavoz vaticano.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede ha analizado las contribuciones del documento con el que la Iglesia responde a delitos contra la fe, los sacramentos de la Eucaristía, la Penitencia y el Orden sacerdotal, incluyendo los delitos de abuso sexual contra menores por parte de miembros del clero.
«Con la publicación de las nuevas normas para afrontar y castigar los crímenes de abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero, la Iglesia ha dado un importante paso adelante en el afrontar la cuestión con respuestas duraderas y de impacto profundo», considera el portavoz.
« Las leyes, claras y conocidas –añade–, son una orientación indispensable para una gran comunidad, como lo es la Iglesia católica, que debe tener sus normas comunes, autónomas con respecto a aquellas de muchísimos países diversos en los cuales vive».
«Países en los que las leyes civiles son obviamente respetadas y puestas en práctica por los hombres de Iglesia, como por cada ciudadano, también en lo que concierne a los crímenes de abuso», sigue diciendo.
« Con las nuevas normas canónicas los procedimientos pueden ser más rápidos y eficaces, los tribunales eclesiásticos pueden ser más fácilmente dotados de personal laico competente, el tiempo para la prescripción es multiplicado por dos, permaneciendo siempre posible la derogación, se toman explícitamente en consideración por su gravedad los casos de abuso a personas adultas pero con limitado uso de razón, así como la pornografía infantil».
«Naturalmente, la ley es necesaria, pero no lo es todo –reconoce Lombardi–. Existe un compromiso educativo, de formación del clero y del personal que trabaja en las instituciones ligadas a la Iglesia, de información y prevención, de diálogo y cuidado personal en relación con las víctimas…».
«Un campo inmenso sobre el cual la Iglesia se ha movilizado en tantos países, con el impulso del Papa –sigue informando–. Por su parte, la Congregación para la Doctrina de la Fe continua trabajando para brindar ayuda a los episcopados en el formular directivas locales coherentes y eficaces».
«La nueva ley es importantísima, pero sabemos bien que nuestro compromiso por un testimonio más evangélico y puro debe ser de larga duración», concluye el portavoz.