PARÍS, viernes 23 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Un obispo ha acompañado en una de sus etapas, en el automóvil de la prensa, al Tour de Francia, para mostrar la cercanía de Dios y la Iglesia al mundo del ciclismo.
El obispo de Besançon, monseñor André Lacrampe, disfrutó de la legendaria etapa Bagnères-de-Luchon a Pau, el 20 de julio, siguiendo a los dos líderes de la clasificación general, Alberto Contador y Andy Schleck, en la ascensión de la mítica cima del Tourmalet, adonde llegaron en orden inverso, pero en la que Contandor defendió
"Tenemos que vivir la dimensión de la fe en todas las realidades de la existencia. No hay nada que nos deba dejar indiferentes", explicó monseñor Lacrampe a través de una nota publicada en la página web del episcopado francés.
Para el obispo de Besançon, originario de los Pirineos y ciclista "cuando era joven", esta etapa ha sido una "vuelta a sus raíces" y una manera para conversar y compartir momentos con los directores deportivos y ciclistas, así como con otros cristianos que participan en el Tour.
El obispo subraya los valores que promueve este deporte, como es "la valentía, la abnegación, el esfuerzo, la perseverancia", así como el trabajo en equipo y la apertura universal de este acontecimiento deportivo, que concluye esta edición en París el próximo domingo.