Referendum en Sudán, posibles escenarios

Ashworth (DHPI): «Con la secesión, la vida de la Iglesia del Norte será más difícil»

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ROMA, martes 17 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos católicos de Sudán se reunieron en Juba del 15 al 22 de julio en una Sesión plenaria extraordinaria para discutir sobre el próximo próximo referendum previsto en el país para el 9 de enero de 2011.

Al final de esta reunión, los prelados hicieron público un Mensaje de “esperanza y llamada a la acción”. Un mensaje dirigido a los líderes sudaneses y, más en general, “a las personas de buena voluntad”.

En la redacción de este documento, los obispos fueron ayudados por el Denis Hurley Peace Institute, instituto nacido del Departamento “Justicia y paz” de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica, cuya misión es la de ayudar a la formación de líderes católicos con capacidad de incidir también en los procesos de paz de otros países africanos.

“Animamos – escriben los obispos – a todos aquellos que tienen derecho al voto en el referéndum en el Sudán meridional y en Abyei a elegir el tipo de futuro del que ellos, sus hijos y las próximas generaciones quieran gozar. Nosotros les animamos a optar por ese tipo de vida que pueda asegurarles la libertad, la justicia y la igualdad de derechos”.

En Sudán, el más grande de los Estados del continente africano, las Iglesias, no sólo la católica, han puesto en marcha talleres y seminarios para que se garantice a la población del Sur toda la información sobre el referendum.

“Este es un momento histórico – afirman los obispos católicos en su Mensaje –. Sudán ya no volverá a ser el mismo. Después de siglos de opresión y explotación, tras décadas de guerra y de violencia (…) ahora, 5 años después del Comprehensive Peace Agreement (CPA), ha llegado el momento de moverse y de prepararse para el cambio”.

El CPA fue aprobado por el Norte y por el Sur al final de un sangriento conflicto sobre la pertenencia étnica, la religión y el acceso a los recursos naturales, entre ellos el oro, el algodón y el petróleo. El acuerdo sanciona para el Sur el derecho a elegir si continuar formando parte de un Sudán unido o si optar por la independencia.

John Ashworth, actual presidente en funciones del Denis Hurley Peace Institute, explica en esta entrevista a ZENIT el actual estado político, social y religioso del país y los posibles escenarios después del referéndum.

– ¿Puede explicarnos en qué consiste el Comprehensive Peace Agreement (CPA)?

John Ashworth: En realidad se trata de un documento para nada “comprensivo” porque afronta sólo uno de los conflictos en Sudán (por ejemplo, no toca la cuestión de Darfur). Afecta solo a dos de las partes en guerra, excluyendo a todos los demás partidos políticos y las facciones militares, así como a la misma sociedad civil. No es ni siquiera un documento que afronta la “paz” – más sencillamente es un alto el fuego que prevé una hoja de ruta que debería conducir a la paz.

Naturalmente haciendo pasar el conflicto del nivel militar al político se ha dado un gran paso adelante pero con todo el conflicto. Finalmente ni siquiera puede decirse un “acuerdo”: fue firmado en 2005 por Jartum sólo después de una intensa presión diplomática. En otros términos, los sudaneses del sur ven el CPA casi exclusivamente en términos de preparación al referendum de 2011.

-¿Cuál es la situación religiosa en Sudán?

John Ashworth: En el día a día, cristianos, musulmanes y seguidores de religiones tradicionales africanas viven unos al lado de los otros sin problemas. Con todo, el gobierno de Sudán es un régimen islámico o, mejor, es una dictadura militar (recientemente “legitimada” por elecciones que para la mayor parte de la gente no fueron libres y justas), y los sucesivos gobiernos del Norte han puesto en marcha una política de islamización que ha perjudicado a los no musulmanes.

Todos los datos estadísticos en Sudán son sospechosos, pero la división religiosa es probablemente esta: 60% musulmanes, 40% no musulmanes. Los seguidores de la religión tradicional africana son aún una minoría consistente entre los no musulmanes. De entre los cristianos, los católicos, los anglicanos (Iglesia episcopal) y los presbiterianos son los tres grupos mayoritarios, con una serie de pequeñas iglesias evangélicas independientes y algunas iglesias orintales que, todas juntas, han trabajado siempre bien. La Iglesia católica es además uno de los miembros fundadores del Consejo de las Iglesias de Sudán.

– Unidad o secesión, ¿qué significan para la gente y para los políticos? ¿Un referendum puede resolver los problemas humanitarios y económicos del país?

John Ashworth: Las causas profundas de los conflictos en Sudán se consideran generalmente identitarios y ligados a la dinámica centro-periferia. Sudán es una sociedad multicultural, multiétnica, multilingüe y multirreligiosa, pero en la práctica una sola identidad cultural y religiosa, la árabe-islámica, ha sido impuesta a todos, intentando asimilar a los demás y hacerlos al mismo tiempo ciudadanos de segunda clase. Esto lo han hecho todos los gobiernos del Norte, no sólo el actual régimen islámico.

La governance de Sudán, incluyendo el acceso al poder y a los recursos, está en cambio fuertemente centralizada, mientras que las áreas periféricas son marginadas. Además, el petróleo se ha convertido en un factor importante en los conflictos, aunque no es una de sus causas primarias. Estos problemas nunca han sido resuelto por un Sudán unido, y es por ello que el pueblo del Sur considera que la única solución sea la secesión.

En un Estado propio independiente, el Sur no deberá afrontar la islamización y la arabización, ni la marginación del poder, mientras que tendrá la mayor parte del petróleo en su propio territorio. En realidad, sin embargo, el Sur está ya funcionando como un verdadero y auténtico Estado, de modo que la secesión no supondrá un cambio importante. Se espera que los progresos continúen y que algunas debilidades del gobierno puedan discutirse. Las Iglesias están preparando un programa de diálogo para ser de ayuda también en esto.

Respecto al Norte, éste depende del petróleo del Sur, pero es probable que se pueda negociar una solución amistosa para permitirles que sigan recibiendo provisiones de los recursos petrolíferos. Por su parte, el Sur necesita el gaseoducto del Norte para exportar su petróleo, y no quiere un vecino inestable y el bancarrota. ¿Cómo olvidar el conflicto de Darfur? Conflicto que está destinado a continuar, visto que aún no hay una solución sobre la mesa.

Finalmente, si se produce la secesión, la vida será probablemente más difícil para la Iglesia en el Norte, pues esta seguirá viviendo, aunque esté acostumbrada, bajo un régimen islámico oprimente.

– Las Iglesias de África se están movilizando para que el Sur no se desentienda del referendum. ¿Qué espera la Conferencia episcopal de Sudán? ¿Puede decirse neutral ante el resultado de las urnas?

John Ashworth: Como Iglesia, los obispos se atienen a su última declaración con la que analizan la situación del país, motivando algunos de los pros y de los contras que comportarían inevitablemente tanto el voto por la unidad como el voto por la secesión, y finalmente exhortan a las personas a elegir su destino. Como ciudadanos particulares, en cambio, cada obispo tiene su propia opinión y ya sabe cómo votará ese día.

Por Mariaelena Finessi, traducción del italiano por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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