MEXICO, D.F, miércoles 18 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos de México han defendido el derecho a la responsabilidad y a la libre expresión de toda persona ante las acusaciones de intolerancia lanzadas contra los cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Íñiguez por haber criticado las uniones entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por éstas.
“Lamentamos que al manifestar estos conceptos en la opinión pública, existan quienes recriminen y amenacen alertando de intolerancia, cuando la tolerancia es la posibilidad de que todos expresemos nuestra opinión y posiciones”, señala un comunicado publicado este martes por la Conferencia Episcopal Mexicana.
Además de alertar contra los ataques a la libertad de expresión, los obispos de México reiteraron su oposición al proceso seguido en México para legalizar que personas del mismo sexo puedan casarse y adoptar niños.
En opinión de los obispos, la Asamblea del Distrito Federal lo aprobó “de manera acelerada, sin las consultas necesarias a los diferentes autores sociales y sin atender el consenso de las mayorías, que estaba en desacuerdo de tales uniones y especialmente de la adopción de niños”.
Además, la reciente confirmación de la legalidad de este proceso jurídico por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha realizado “sin ir al fondo del asunto”, lamentó el episcopado, que no ocultó su “total desacuerdo con el fallo”.
“Creemos que equiparar con el nombre de matrimonio a estas uniones es una falta de respeto, tanto a la esencia misma del matrimonio entre una mujer y un hombre, expresado en la Constitución del País en su artículo 4º, como a las costumbres y la propia cultura que nos han regido por siglos”, indica el comunicado.
Y añade: “La Iglesia, de la que formamos parte todos los bautizados, vela por los derechos de los que no se pueden defender, y en este caso, los más débiles como son los infantes”.
Los obispos de México consideran que “la conciencia ecológica que tantos adeptos va sumando para salvaguardar las distintas especies respetando sus procesos naturales, debe incluir a la especie humana, la más digna y consciente de su propio desarrollo”.
“Por ello, en la misma naturaleza la Iglesia descubre la dignidad del matrimonio entre un varón y una mujer -declararon-. Esto nos anima a impulsar la dignidad de la pareja y su prole apelando a los valores naturales y morales”.
El episcopado expresó su “solidaridad” y “sentir” a los cardenales Rivera y Sandoval y afirmó que “el momento que vive México requiere un debate de altura que nos una y en el que todos los miembros de la sociedad en su conjunto saquemos adelante los múltiples problemas que nos aquejan”.
Finalmente, invitó a los fieles “a orar a Santa María de Guadalupe por las decisiones de los gobernantes y por todos los niños que no tienen voz pero sí el derecho de tener una familia que sea para ellos ejemplo de virtudes”.
También otras instancias alzaron su voz contra el proceso legal para permitir el “matrimonio homosexual” en México, con posibilidad de adoptar menores.
El arzobispado de Gaudalajara, por ejemplo, publicó un comunicado en el que alerta que la American Phychological Association ha indicado que los niños que crecen en una relación homosexual tienen tres posibilidades más de padecer depresión.
También pide que se consideren los derechos del niño, que “merece la mejor oportunidad de incorporarse a la sociedad”, teniendo en cuenta que “todas las corrientes de psicología en el mundo reconocen, es que un padre y una madre es el mejor ambiente para ello”.
“Los menores nacieron de la unión de un hombre y una mujer; jamás ha nacido nadie de la unión de dos personas del mismo sexo”, indica el comunicado de la Oficina de Prensa y Comunicación Social del arzobispado.
“Por lo tanto -concluye-, su desarrollo está ligado íntimamente a su origen, y éste es su derecho, que ahora ha sido transgredido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.