Monseñor Warduni: las fuerzas americanas deben dejar paz antes de irse

El obispo auxiliar de Bagdad de los Caldeos sobre el retiro de las tropas estadounidenses

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BAGDAD, jueves 19 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- “Las tropas extranjeras, si se van, tienen el debr de dejar tras ellas la paz y la seguridad”. Así lo afirmó monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad de los Caldeos, en unas declaraciones recogidas por Radio Vaticano.

Siete años después, de hecho, del comienzo de la guerra que llevó al derrocamiento del régimen de Saddam Hussein, los Estados Unidos han comenzado el retiro de la última brigada de combade de Iraq, dejando en el país un total de 56.000 soldados, que a final de mes descenderán a 50.000.

Los últimos soldados permanecerán hasta finales de 2011, pero sólo con tareas de adiestramiento de las fuerzas locales.

Hablando de la situación actual en Iraq, monseñor Warduni dijo que es muy difícil vivir en un lugar donde no hay gobierno. Iraq no tiene gobierno, no tiene ley. […] No hay trabajo, sino bombas, kamikazes y otras manifestaciones de violencia”.

“Hoy vemos los resultados negativos de la guerra – añadió –. Como decía el llorado papa Juan Pablo II y como dice Benedicto XVI, la guerra lo destruye todo y no trae ningún bien”.

Por esto, añadió, “pedimos a todos los hombres de buena voluntad que cooperen con conciencia, esa conciencia que pone a Dios en el centro y no los propios asuntos, no los propios intereses. Queremos, pedimos, gritamos: ¡Paz y seguridad!”

Para hacer ello, ante todo, “hay que educar en la democracia, hay que sembrarla y no imponerla […] Quienes hablan de democracia, que vengan a caminar a las calles de Bagdad”.

Además, afirmó, “es necesario que todos dejen de lado sus intereses y miren a los intereses de Iraq. Que se discuta bien, en una mesa, y se ayude a buscar la formación de un gobierno estable, un gobierno fuerte. Y que este gobierno ponga en práctica la ley, porque sin la ley no se puede ni caminar ni vivir”.

“Quiero lanzar un fuerte grito a todo el mundo, para que ayude a acabar con las guerras”, concluyó el prelado.

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ZENIT Staff

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