NUEVA YORK, viernes 20 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy Dolan, subrayó la necesidad de un diálogo civilizado y respetuoso ante la controversia suscitada por el proyecto de construir un centro islámico cerca del lugar donde se produjeron los ataques terroristas del 11-S.
“Sé que se trata de un tema polémico”, afirmó monseñor Dolan, en una improvisada rueda de prensa el pasado miércoles 18 de agosto.
“Mi mayor ruego es que lo que se ha convertido en un tema que divide pueda convertirse en un motivo de debate verdaderamente civilizado, racional, cariñoso, respetuoso», afirmó.
Ha habido mucha controversia sobre los planes para construir el centro y la mezquita Park51 de la comunidad islámica en Nueva York, a dos manzanas de donde estaba el World Trade Center antes del ataque del 11 de septiembre de 2001, por parte de terroristas musulmanes.
Algunos sostienen que poner un centro islámico tan cerca de la Zona Cero, el sitio de la tragedia, muestra insensibilidad hacia las víctimas y sus familias. Otros afirman que este proyecto dará a los musulmanes una oportunidad de demostrar sus valores de paz y su deseo de convivir con los demás.
Principios
Monseñor Dolan elogió al alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, quien «expuso de manera particularmente elocuente los principios de la libertad religiosa y la hospitalidad en que se basa este país y esta maravillosa comunidad».
«Nosotros, como católicos, por supuesto, somos particularmente sensibles cuando se trata de dar la bienvenida a otros», dijo el prelado, subrayando la necesidad de «acoger al inmigrante y al refugiado».
«Nosotros mismos nos sentimos algo concernidos con este tema porque en el pasado hemos sido víctimas de discriminación», agregó.
Por otra parte, el arzobispo reconoció que «hay personas inteligentes en el otro lado» que tienen sensibilidades sobre las que están tratando de llamar la atención de las personas.
«Mi ruego», dijo, «es que ambas partes – de una forma reflexiva, civilizada, cariñosa y respetuosa – puedan ser escuchadas, y que podamos llegar a algún tipo de decisión responsable y apropiada».
Monseñor Dolan señaló que él está «empezando cierto tipo de diálogo y conversación en compañía de otros líderes religiosos» para tratar de ayudar a proporcionar «ese tipo modo racional y civilizado para solucionarlo».
Pacificador
También observó que a medida que los medios de comunicación seculares han estado informando sobre la controversia, se sintió «halagado» para ver que un par de periodistas se referían al ejemplo del papa Juan Pablo II en el intento de encontrar una solución.
Se habló de ejemplo del Pontífice cuando «hubo un caso análogo de tensión en el campo de concentración de Auschwitz», observó. «Fue Juan Pablo II, quien dijo: Tenemos que tener el valor de escuchar a las dos partes».
Un grupo de carmelitas habían erigido una cruz cerca del sitio del antiguo campo de concentración, pero la comunidad judía protestó.
«Hubo voces sensatas en ambos lados», recordó el prelado. «La parte católica, con las hermanas carmelitas diciendo, ‘Por favor, queremos orar aquí en este lugar sagrado’. Voces judías inteligentes respondían: ‘El sentimiento es muy apreciado, pero por favor no hagan nada que pueda distraer la atención del carácter sagrado judío único de este lugar».
El arzobispo prosiguió: «Juan Pablo II dijo: ‘Por qué no nos unimos de forma civilizada e inteligente, y con dignidad, y tal vez decidamos una buena solución’. Él es el que dijo: «Vamos a mantener la idea y tal vez cambiemos la dirección».
«Funcionó allí», afirmó monseñor Dolan. «Podría funcionar aquí».
Subrayó la necesidad de encontrar una solución de una forma “inteligente y caritativa».
Cuando los periodistas le preguntaron si podría jugar un papel en reunir a los grupos en conflicto, el prelado dijo que sería «un honor».
Añadió que la archidiócesis de Nueva York ya está desempeñando un papel «entre bastidores».
El arzobispo explicó que «de forma tranquila, detrás del escenario, muchos de nuestros pastores en esa zona, muchos de nuestros líderes de otras religiones, ya forman parte de la conversación necesaria para seguir adelante».