Los obispos mexicanos celebran el Bicentenario del país

Publicada una carta pastoral en la que reflexionan sobre el futuro

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MÉXICO, martes 31 de agosto de de 2010 (ZENIT.orgEl Observador).- En el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de México y del Centenario de la Revolución Mexicana, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó el día de ayer la Carta Pastoral: Conmemorar nuestra historia desde la fe para comprometernos hoy con nuestra Patria, sumándose así al diálogo nacional por la construcción de un proyecto al servicio de la nación que genere un futuro con esperanza para México.

A través de esta Carta Pastoral los obispos comparten al pueblo de México un ejercicio de reflexión y discernimiento realizado durante dos años a través de diversas actividades como lo fueron las Jornadas Académicas Iglesia e Independencia -donde participaron académicos de ambientes plurales-, para comprender mejor ambas gestas históricas y la participación de la Iglesia en ellas.

“Queremos servir a la Nación colaborando a construir un proyecto cultural desde la fe, y queremos también ser protagonistas, junto con todo el pueblo de México, de la construcción de un futuro con esperanza para nuestro país”, advierte el documento dado a conocer por la CEM.

La Carta de los obispos mexicanos sobre el Bicentenario de la Independencia (que inició el 16 de septiembre de 1810 con el «grito de Dolores» dado por el sacerdote católico Miguel Hidalgo y Costilla, cura párroco de Dolores, en el Estado de Guanajuato) contiene 72 páginas y 140 numerales.

En su primera parte “Una Mirada a la propia historia desde la fe”, recoge los hechos más significativos del pasado y señala que la vitalidad de la Fe en Jesucristo ha sido un elemento presente y dinamizador en la construcción gradual de nuestra identidad como Nación, que ha colaborado a gestar un ambiente solidario.

Asimismo destaca que el Acontecimiento Guadalupano tuvo un eco profundo en el pueblo naciente, fue germen de reconciliación y fraternidad y ha continuado presente en los eventos históricos más significativos de México.

“Es un acontecimiento fundante de nuestra identidad nacional”, señala el documento, uno de los ejercicios intelectuales más importantes de la Iglesia católica mexicana en los últimos tiempos.

La presentación de la Carta Pastoral se llevó a cabo en el Polyforum Cultural Siqueiros, donde estuvieron presentes como invitados especiales Margarita Zavala, esposa del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y José Francisco Blake, Secretario de Gobernación.

Además, estuvieron presente el arzobispo de Tlalnepantla y Presidente de la CEM, Carlos Aguiar Retes; el arzobispo de Morelia, monseñor Alberto Suárez Inda; el director del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), Rodrigo Guerra López; el responsable del tarea de Cultura de la arquidiócesis de México y miembro de la Comisión Teológica Internacional, Mario Ángel Flores Ramos, y la académica e investigadora del Colegio Mexicano, Soledad Loaeza Tovar.

En la segunda parte de la Carta, titulada, “Servir a la Nación, colaborando a construir un proyecto cultural desde la fe”, la Carta Pastoral indica que México no necesita un “proyecto de Nación” sino “un proyecto al servicio de la Nación”, que privilegie el anhelo legítimo de libertad y justicia; la inspiración cristiana que anima a las personas a luchar a favor de la promoción humana individual y social con una perspectiva trascendente, y un diálogo plural con el conjunto de ideologías que buscan también el desarrollo humano.

La tercera parte de la Carta “Protagonistas todos, en la construcción de un futuro con esperanza”, invita a “renovar nuestra conciencia sobre la responsabilidad que tenemos ante los desafíos que el presente nos ofrece”.

En este sentido los obispos manifiestan su compromiso de seguir colaborando en la construcción de la Patria, con renovado ardor, “convencidos de que todos debemos ser protagonistas de los acontecimientos y no sólo espectadores”.

Proponen asumir tres prioridades fundamentales en el camino de nuestro desarrollo como nación: combate frontal a la pobreza, educación integral y de calidad para todos, y trabajar por la reconciliación, armonía e integración, de los distintos componentes sociales.

En particular, asumen los obispos que la reconciliación debe ser un servicio de la Iglesia en medio de nuestra sociedad, a través del testimonio, del respeto, del perdón y de la valoración de los demás, aún cuando haya grandes diferencias.

Para garantizar la justicia, la libertad, la pluralidad y la continua construcción del País, los Obispos llaman a todos los actores sociales “a cerrar las puertas a cualquier tentación de emprender caminos violentos que sólo provocan muerte, atraso y destrucción”.

Advierten, asimismo, al final del documento, que: “a aquellos que buscan sembrar un estado de miedo y de muerte, mediante actividades ilícitas y delincuenciales poniendo en riesgo todo lo que hemos alcanzado en nuestro camino histórico, como es la libertad y las instituciones democráticas, debemos decir que la auténtica sociedad mexicana los repudia y la Iglesia los llama a la conversión que los haga reencontrar los caminos de bien y de justicia”.

<p>La Carta Pastoral concluye que “México es una gran nación con una historia y una vocación providenciales, un país bendecido por Dios que debe seguir su camino, siempre inconcluso, hacia su propio desarrollo, en colaboración fraterna con las demás naciones del Continente Americano y del mundo entero.

Finalmente los obispos exhortan a dar gracias a Dios por todos los beneficios que ha recibido nuestra Patria; a pedir perdón por las infidelidades de sus miembros; a pedir la gracia y creatividad, en la caridad necesarias, para impulsar junto con todos los mexicanos un verdadero desarrollo para nuestro país, y a unirse en plegaria ante Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de nuestra Libertad”.

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ZENIT Staff

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