LA PAZ, lunes 7 de marzo de 2011 (ZENIT.org – El Observador).- La Conferencia Episcopal de Bolivia expresó su “profundo dolor” por los daños que están causando tanto las inundaciones como los deslizamientos de tierra en este país sudamericano y anunció que va a intensificar en las próximas semanas la campaña de solidaridad que ha emprendido junto con todas las organizaciones humanitarias que operan en el país.
“Con profundo dolor estamos viendo los graves daños que están provocando las inundaciones y deslizamientos de tierra en varias regiones de Bolivia, con cientos de familias damnificadas que se ven severamente afectadas emocional y materialmente”.
“Lamentamos la pérdida de vidas humanas y bienes materiales como sembradíos, viviendas, puentes y caminos que han sido destruidos, la pérdida de ganado y bienes económicos que difícilmente serán reparados o recuperados a corto plazo”, afirman los obispos bolivianos.
La preocupación “es mayor cuando los pronósticos oficiales señalan que los efectos negativos del fenómeno ‘La Niña’, todavía serán persistentes o mayores en las próximas semanas”.
De manera especial, los obispos muestran “solidaridad y cercanía fraterna con los damnificados en varias zonas de la ciudad de La Paz”, señaló el comunicado de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), emitido este fin de semana.
De hecho, la campaña emprendida por la Iglesia católica boliviana ya comenzó. Bajo el lema “Hay mayor felicidad en dar que en recibir”, la acción conjunta de la Iglesia se fortalecerá y adquirirá mayor relevancia, dado el tamaño de la crisis que están dejando las inundaciones y los deslizamientos de tierra, sobre todo en La Paz, cuyo arzobispo metropolitano, monseñor Edmundo Abastoflor, ha estado muy cerca de las víctimas y de sus familias.
El comunicado de la CEB agrega que “Con alegría vemos tantas iniciativas públicas y privadas en varios lugares del país que buscan atender las necesidades de la población que sufre. La solidaridad es un valor cultural y religioso de nuestro pueblo que ha sido manifestado en muchos momentos y que seguramente seguirá inspirando las respuestas a las emergencias del presente y futuro en Bolivia”.
“Alentamos a las autoridades públicas a continuar su labor con esfuerzos coordinados y efectivos, así como a las instituciones y sociedad civil para que hagan llegar sus aportes, a través de las instancias correspondientes”, reza el comunicado.
El segundo domingo de cuaresma, el próximo 20 de marzo, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) ha lanzado la iniciativa de llevar a cabo una jornada nacional de oración y de ayuda con los damnificados.
Para el secretario general de la CEB, monseñor Óscar Aparicio, esta será una fecha y un momento simbólicos para llevar a cabo un “Día Nacional de Oración y Solidaridad con los Damnificados”.
El propio monseñor Aparicio, quien firma el comunicado de la CEB, detalló los mecanismos de la campaña: visitar a los damnificados en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas; recolectar alimentos y vituallas (ropas, frazadas, colchones, utensilios de cocina y otros); abrir cuentas bancarias, orar por los damnificados y promover “la toma de conciencia por el cuidado de la Creación, como don de Dios, invocando a gobernantes y sociedad civil a asumir con responsabilidad las medidas preventivas que sean necesarias y el cumplimiento estricto de las normas vigentes”
“Estas actividades serán animadas y coordinadas por la Pastoral Social Cáritas, en las 18 jurisdicciones y a nivel nacional, como brazo social de la Iglesia Católica en Bolivia y referente de coordinación con las instancias municipales y gubernamentales de nuestro país”, terminó diciendo el comunicado de la CEB.