LIMA, domingo, 13 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, ha pedido a los candidatos político que sean personas que quieren y aspiran servir al pueblo peruano, actuando siempre con la verdad.
«Desde aquí una invocación a la verdad, a no insultarse, a no engañar a este pueblo, sino a procurar servirlo pero con la verdad. Ahí tenemos un camino de humildad muy bonito. Y al pueblo le pido que sepa descubrir la actitud del candidato, si miente o dice la verdad», exhortó en el programa Diálogo de Fe de este sábado.
Mencionó también que en la actualidad muchas veces hay una falta de conciencia bien formada que nos permite ser personas coherentes. «Si quiere ser un gobernante tiene que ser honesto; si quieres ser deportista, que se cuide el físico y que entrene», añadió el Arzobispo de Lima.
En otro momento, señaló que la juventud de ahora necesita mucha ayuda para pensar correctamente y los instó a conocerse más, a no ir por el mundo con un extraño dentro del alma, ya que Jesús los conoce y sólo espera una mirada para darte la mano.
«Yo le pido ahora, con sinceridad, al mismo Cristo: Auméntanos la fe. Porque si sintiéramos tu dolor más cercano, probablemente actuaríamos de otra manera; si mirásemos como María esas gotas de sangre que van cayendo, si viéramos todo ese dolor diríamos: Ese amor de Cristo en la cruz nos está diciendo no me abandones, dame una mano para llevar esta cruz, pórtate bien», reflexionó.
Cuaresma, tiempo de conversión
El pastor de Lima recordó que esta Cuaresma supone un tiempo de conversión que comienza con la confianza en Dios y el reconocer que ese Cristo vivo te conoce con tu nombre y apellido, tiene el mejor programa para tu felicidad, pero te exige fe.
Comentó también que si reconocemos que ese Cristo vivo nos oye, nos ve y nos conoce; y si aceptamos la realidad de un pecado en nuestro corazón; empezamos el camino de la conversión, junto a ese Cristo que te acerca a un amigo que te ayude, a la Confesión y a la Santa Misa.
«Cristo está en la Eucaristía, está en los sacramentos, pero también está a tu lado a través de ese amigo, de esa familia, de ese sacerdote. Entonces, para convertirme tengo que creer que Jesús vivo me llama, me conoce y me acompaña».
Recordó también que estos días son de mucha sinceridad, en los que hay que acercarse a Dios para que nos ayude a limpiar la basura que llevamos dentro y entender que desde que Jesús murió en la cruz el amor y el dolor están siempre unidos para llevarnos a la vida eterna.
«La vida eterna es un don que Dios nos prepara en esta Cuaresma, una felicidad eterna. Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti. Tú viniste al mundo por el amor de tus padres y la acción de Dios, pero para ir a la vida eterna tú tienes que participar. Nadie se salva ni se condena solo».
Finalmente, exhortó a los pastores a orientar siempre al rebaño para acercarlo al Señor.
«Dios no abandona a su pueblo, somos los pastores los que tenemos que ayudar a ese rebaño. No seamos pastores mudos que no llevan a esas ovejas hacia Dios; no seamos pastores que damos mal ejemplo y llevamos a las ovejas al despeñadero».